La limitada producción narrativa de Rafael Sánchez Ferlosio, fallecido esta semana, ha tenido en cambio su contrapunto en la enorme y profunda influencia que ha ejercido- ­incluso a su pesar-­ en las letras españolas. Un influjo y una autoridad basada en una indómita libertad e independencia creativa que ejerció con total honestidad y sin cortapisas. Han sido además su profundo sentido ético, su espíritu libre y su inquebrantable decisión de denunciar los abusos del poder los que han hecho vasto y hondo esa autoridad.

Siempre, desde que en 1951 puso en papel su primer trabajo, hay que leer a Sánchez Ferlosio, un genio que repartió esa agudeza por la novela, el relato, el ensayo y su original tratado de los pecios.

Acercamos aquí la figura intelectual de Sánchez Ferlosio, su profunda y vigorosa cabeza pensante, en cuatro de sus trabajos distintivos que han marcado su vida y determinarán su permanencia.

El Jarama, fue la obra determinante en su carrera, que marcó su inicio como escritor y su devenir futuro. La novela deslumbró y fascinó desde el primer momento. Fue tal su impacto y la acogida que tuvo en aquella España gris y dormida de 1955 que al escritor le costó años desligarse de ello. La descripción casi fotográfica de una excursión al río Jarama de un grupo de jóvenes; su estilo preciso y minucioso, la riqueza lingüística que aporta al incorporar en sus diálogos, las variedades del hablar popular castellana y en suma la simpleza de la historia marcada por el final trágico del ahogamiento de unas de las excursionistas, hacen de El Jarama, la novela que marcó el despertar de una narrativa española amputada y adocenada por el franquismo. El Jarama consagró a Sánchez Ferlosio, le valió el Premio Nadal y abrió una nueva época literaria en España que luego siguieron otros como Luis Martín Santos (Tiempo de silencio) o Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa).

Industrias y andanzas de Alfanhuí, es una novela de iniciación, tanto por ser el primer trabajo literario de Sánchez Ferlosio como por su temática del adolescente que se inicia a la vida, tras un largo viaje que le lleva desde Alcalá de Henares a Palencia, en busca de su abuela. De gran belleza literaria al mezclar con sabiduría la novela picaresca, la trama social, el sesgo de la España rural y cierto realismo mágico propiciado por la manera en que cobran vida los objetos inanimados, como el gallo de la veleta. Fue la niña mimada de Ferlosio que siempre la consideró su mejor relato.

Tras el éxito y la sensación de pesadumbre que El Jarama dejó en Sánchez Ferlosio, éste tardó treinta años en poner sobre la mesa una nueva novela. Lo hizo con El testimonio de Yarfoz, donde ya no aparece el Ferlosio de El Jarama o de Industrias y andanzas... sino uno más exigente, con una prosa que, sigue siendo rica y preciosa, pero también más críptica, mas cargada de solemnidad épica. El proyecto de desecación de un almarjal, obra en sí meritoria, que incrementaría la producción para unos, los más poderosos y hegemónicos, obraría, sin embargo, un grave perjuicio para las necesidades minoritarias de dos pequeñas aldeas y de sus magníficas ruedas hidráulicas, que quedarían fuera de uso. Este conflicto inicial en la narración -el beneficio de unos en perjuicio de otros, las nuevas y eficaces tecnologías que arrumban a las viejas y hermosísimas técnicas- da pie a una buena porción de disquisiciones en torno al derecho y a la aplicación de las leyes que poco se distinguen de las páginas más puramente ensayísticas de Ferlosio.

Campo de retamas es la recopilación de la totalidad de sus pecios publicados a lo largo de su vida. El diccionario de María Moliner define ‘pecio’ como «resto de una nave naufragada o de lo que iba en ella». En Ferlosio son piezas breves, en la que enseguida saltan a la vista, la prolijidad y minuciosidad de sus textos en general. En Campo de retamas, Ferlosio aborda buena parte de los temas que ha tratado por extenso en el resto de sus libros: la guerra y la violencia fundadora, la moral y el derecho, el destino y el carácter los deportes y los juegos, el sentido del honor y el sentido de la verdad y la ficción. Todo ello con la libertad creativa que siempre derrocho. Un ejemplo: «Libertad de movimientos. Suelo decir que no sé lo que es la libertad, pero como en muchas otras cosas el argumento más sólido que tengo no es más que una alegoría: la de las cuerdas de la marioneta: cuantas más, más libertad».

Vendrán mas años y nos harán más ciegos. Es el libro que compendia y culmina su obra heterogénea y libre. Ganador en 1994 de los premios Nacional de Ensayo.

El libro, que arranca con los bellísimos y premonitorios versos que le dan título, goza de una fuerza desafiante y el estilo arrollador de su personalidad literaria Con palabras enérgicas y corrosivas va desentrañando la trampa oculta en todo tipo de conceptos, desde los refranes populares hasta los mitos ideológicos. La Historia universal, los ritos, la política o la patria, todo ello va cayendo derribado ante la palabra precisa y desnuda.

'El Jarama'

Destino libros

'Industrias y andanzas de Alfanhuí'

Destino libros

'El testimonio de Yarfoz'

Destino libros

'Campo de retamas'

Literatura Random House

'Vendrán mas años y nos harán mas ciegos'

Destino libros