Barro, napalm, destrucción, crueldad, drogas y una superpotencia que se creyó Dios y se descubrió más humana que nunca. Vietnam fue quizás una de las guerras más destructivas del siglo XX por el número de muertos en proporción con la población y el tamaño del país. Pero también una guerra que nadie quería, salvo unos pocos, que creyeron que se llegaría a la victoria con estudios estadísticos, calculando cuántos muertos serían necesarios para ganar la guerra. Confiaron en su potencia destructiva para arrasar a un enemigo que apenas tenía nada que destruir. Y al final se dieron cuenta con la realidad: Nunca estuvieron cerca de ganar la guerra.

Max Hasting realiza un trabajo excelente. Aborda la guerra de Vietnam desde sus inicios, explorando las causas últimas del conflicto desde la época colonial francesa. La estructura social del país, sus costumbres, la organización del partido comunista y su política. Poco a poco va desgranando distintos aspectos que dibujan un panorama desolador. Tras la marcha de los franceses, Estados Unidos se fue implicando en un conflicto que nadie quería. Ni los vietnamitas, ni los rusos, ni los chinos, ni la mayoría de los norteamericanos. Sólo un error en la valoración de la situación y la ambición de unos pocos llevó a Estados Unidos a una situación en la que, una vez dentro, no podía salir victorioso. La gran superpotencia, baluarte de la libertad, quedó con su prestigio dañado y con sus fuerzas armadas humilladas tras ser incapaz de ganar a un país empobrecido, que vio cómo un régimen cruel y sanguinario se vio fortalecido por el apoyo de muchos vietnamitas que vieron la irrupción de Estados Unidos como un nuevo régimen colonial que arrasaba su país.

De hecho, esta es una de las grandes virtudes de Max Hasting: no cae en la hagiografía de uno de los dos bandos. Huye de la tentación de buscar bandos y aborda el conflicto con un sentido crítico que muestra cómo fue el pueblo vietnamienta y muchos jóvenes norteamericanos las víctimas de esta guerra. De hecho, les da voz de forma contundente, ofreciendo un ramillete de testimonios muy interesantes que muestran cómo se vivía la guerra bajo las bombas en ambos bandos.

Hasting aborda el libro con gran inteligencia. Trenzando historias de participantes en el conflicto con el desarrollo de la guerra o la toma de las grandes decisiones. Poco a poco, el lector va colocando las piezas que muestran la degradación social y política de un Vietnam del Sur que nunca fue una opción viable. Pero también cómo la extrema carestía de Vietnam del Norte y las grandes bajas que sufrió demostraron que la convicción ideológica y el hábil manejo de la propaganda tuvieron más eficacia que los cientos de miles de bombas lanzadas por los norteamericanos.

Es un libro fundamental para entender el conflicto, que descubre claves que a veces pasan desapercibidas en una guerra menos estudiada que otras.