La historia es trágica y la novela que lo cuenta es un monumento magistral de obra de arte. Quien no haya leído a Walter Kempowski, -un escritor portentoso, aunque siempre a la sombra de otros, como Günter Grass- deberá hacerlo y en especial su última novela, 'Todo en vano', publicada en 2006, poco antes de morir en 2007. Al hacerlo se encontrará leyendo una obra maestra. No necesita más adjetivos esta novela épica que, por la historia que cuenta y la potencia narrativa con que lo hace puede devenir en la gran novela alemana de su historia reciente.

Con el Ejército Rojo avanzando sin resistencia, se produjo la evacuación de Prusia Oriental, en el invierno de 1945, un episodio de la Segunda Guerra Mundial que tuvo por resultado la desbandada de la población civil alemana hacia las fronteras alemanas. El pánico protagonizó esta evacuación. La población civil se encontró atascada en las vías a través de la nieve a temperaturas de 25 grados bajo cero, mientras los aviones soviéticos la atacaban. Se ha estimado que cerca de dos millones de habitantes de Prusia Oriental murieron, muchos de ellos de hambre, mientras que otros a manos de las fuerzas soviéticas.

Kempowski, un adolescente en el apogeo del nacionalsocialismo y un sufridor de la tragedia alemana, tanto en la guerra como en la posguerra, se sintió en la obligación de narrar el sufrimiento de la población civil alemana. Lo hizo en un gigantesco proyecto llamado Das Echolot, que ocuparía diez volúmenes, entre 1993 y 2005, sobre como habían sido los años de Hitler en el poder para los alemanes.

Su gran novela, la única publicada en España hasta ahora es este 'Todo en vano' que narra la tragedia de la huida de Prusia Oriental, editada por Libros del Asteroide.

En los primeros capítulos del libro, al menos, la vida dentro de la hacienda Georgenhof, donde viven los von Globig, miembros de la nobleza funcionarial, conserva muchos de sus ritmos habituales. Kempowski nos introduce pacientemente en un mundo privilegiado, aislado y políticamente apático. Pero la historia infectará a esta familia como un virus, pero es de incubación lenta.

El patriarca, Eberhard von Globig, está sirviendo en Italia, se dedica al saqueo de suministros para el ejército alemán. En la casa quedan su lánguida y retraída esposa, Katharina, «una belleza de ensueño, de pelo negro y ojos azules»; y su rubio e inquisitivo hijo de doce años, Peter. Katharina pasa gran parte de su tiempo en lo que se conoce como el refugio, un apartamento privado en la mansión donde fuma, descansa en su cama y escucha la radio, a veces las noticias de la BBC, que encuentra «alarmantes y alentadoras».

La casa está gobernada por «la tiíta», mujer eficiente y excéntrica. En su habitación cuelga un retrato de Hitler. Trabajando con ella están dos sirvientas ucranianas, Vera y Sonya, y un polaco llamado Vladimir, que tiene la letra P, para señalarlo como refugiado.

A la casa comienzan a llegar refugiados, algunos cuentan historias de horror e incluso Katharina y la tiíta se dan cuenta de que caer en manos de los rusos podría resultar fatal.

Kempowski nos da cien páginas de este constante aumento de presión, logrado con delicadeza, con un humor que parpadea constantemente, hasta que la olla explota. Lo precipita el pastor Brahms que pide a Katharina acoger por una noche a un refugiado judío. Ella duda pero al final acepta. Días después el judío es detenido y la delata, de manera que la joven y lánguida Katharina es llevada a prisión. Ello precipita la huida del resto de la familia que se une a la caravana de los que escapan. Pero al final será todo en vano.

Las descripciones de esta huida, esas largas e interminables caminatas de refugiados son desgarradoras, avanzando mientras son bombardeados, mientras las personas muertas y los caballos se apilan a la izquierda y a la derecha de las carreteras. Kempowski hace un gran trabajo al describir de manera conmovedora este escenario trágico; lo hace incluso con sensibilidad poética y la gracia de una tragedia clásica, lo que confirma a Kempowski como un gran escritor.

Cuenta una historia que necesitaba ser contada y lo hace magistralmente, creando conciencia de una tragedia. Mucho más que una gran novela alemana es una obra maestra que Kempowski legó a la literatura.