La italiana Nadia Terranova fue durante años una exitosa escritora de libros infantiles. Con este bagaje, en 2015 se lanzó a la novela con 'Gli anni al contrario' ('Los años al contrario') que demostró que el de la novela era su territorio propicio, al relatar cómo la historia y los prejuicios ideológicos desbaratan el amor de una joven pareja siciliana.

Ahora, con 'Adiós fantasmas', Nadia Terranova ha confirmado su cualificación para la narrativa con una novela, sólida y madura que delata como la memoria puede ser a la vez reducto de salvación y herida abierta permanente frente al tiempo.

Ida Laquidara es una joven siciliana que vuelve a Mesina llamada por su madre para liquidar la casa que fue hogar familiar. Allí Isa se topa con los recuerdos y los fantasmas, en especial el de su padre, un profesor aquejado de depresión que un día se fue y nunca más se supo de él, dejando a su esposa e hija en una situación indefinida de incertidumbre. Al regresar 23 años después, Ida descubre la desazón que supone no tener un cuerpo para enterrar, una tumba donde poner una flor, una persona a la que llorar.

Veintitrés años después de la desaparición de su padre, Ida se ve obligada a sumergirse en ese pasado, a afrontar una tragedia que siempre ha querido evitar como si no le perteneciera. Ahora ya es inevitable. No puede contar con su madre que parece haber aceptado sin traumas la fuga del hombre con el que se casó y que, al parecer, quiere olvidar y hacer olvidar a su hija.

La novela cautiva y conmueve, no sólo por su escritura directa y sensible, sin caer en la sensiblería, sino especialmente por saber profundizar y desvelar los sentimientos de desasosiego de aquellos que se han sufrido una pérdida, sin respuestas.

Más aún, en este complejo escenario de sentimientos encontrados, Nadia Terranova sabe encontrar hueco para mostrarnos ese otro escenario de las calles y plazas de Mesina y hacernos sentir sus aromas y colores.