A Eduardo Mendoza le han reconocido con el 8ª Premio Internacional de Novela Histórica Barcino por lo mucho y bien que ha retratado Barcelona a través de sus libros. Este premio es el pistoletazo de salida del Festival Barcelona Novela Histórica, que tendrá lugar hasta el próximo 14 de noviembre -en riguroso y saludable formato virtual-. Siempre generoso, al menos yo lo creo así como lector suyo, Mendoza a veces se excede: «La gran novela de Barcelona no existe: hay muy buenas novelas, pero no la gran novela; tampoco Barcelona la necesita». Eso ha dicho el escritor catalán, autor de 'La ciudad de los prodigios' (1986), la novela más digna de ser considerada la gran novela de Barcelona. En fin, sea como sea, quizá Barcelona no tenga esa gran novela, hagamos caso a Mendoza, pero no le faltan cronistas: Vázquez Montalbán, De Sagarra, Ruiz Zafón, Plá y, cómo no, el propio Mendoza -y solo por mencionar a unos pocos de los más populares-. No es que a Madrid le falten novelas, escritores o cronistas, ni mucho menos. Pero la ciudad no tenía ese libro con el que comenzar a conocer ese pueblo castellano agigantado con maneras neoyorkinas que quizá sea Madrid. Esa posible carencia ha venido a solventarla Andrés Trapiello, madrileño de León, que acaba de publicar 'Madrid' (Destino, 2020). El libro pasa por ser «la historia de una vida y de una ciudad, Madrid, contada de manera prodigiosa, original y apasionada por alguien que llegó a ella hace cincuenta años como tantos: probando fortuna», según sus editores -que deben de estar muy contentos, ya que el libro se vende como churros-. A veces, como en esta ocasión, las buenas ideas se convierten en buenos libros, y éstos se transforman en éxitos.