Novela

Sueños retrofuturistas eléctricos de Justo Navarro

El escritor granadino entrega la fascinante e imaginativa ‘DumDum, estudio de grabación’ (Anagrama, 2024), una distopía noir sobre el control en una sociedad demasiado parecida a la nuestra

Justo Navarro

Justo Navarro / L. O.

Incluso cuando Justo Navarro juega a disfrazarse de Philip K. Dick o J. G. Ballard, lo que le sigue saliendo es una novela de Granada. Y eso le sucede en ‘DumDum, estudio de grabación’ (Anagrama, 2024), una fantasía distópica con tintes de novela negra y mucho ciberpunk, pero que sobre todo culmina en una historia granadina más de las que tanto le gusta escribir al que sin duda es uno de los mejores narradores de su generación.

Justo Navarro (Granada, 1953) es traductor, ensayista y crítico, autor de poemarios y un novelista extraordinario, tal y como reconocen el Premio Herralde y el Premio Andalucía de la Crítica. Además, desde el año pasado dirige el Centro Andaluz de las Letras, y lejos de acomodarse en esa posición de consagrado e integrado, Navarro entrega como solución para su reciente depresión esta sorprendente ‘DumDum, estudio de grabación’, una novela breve, intensa, pesimista y retrofuturista, nacida de un ejercicio de escritura libre que entrega al lector una cantidad enorme de diversión, que desborda de imaginación y descaro.

El sueño prohibido de la invisibilidad social parece uno de los tema de esta novela, pero creo que más bien es el resultado. Porque ‘DumDum, estudio de grabación’ da la impresión de ser esa clase de texto que surge sin mapa como ejercicio libre de búsqueda. Y Justo Navarro encontró en esa Granada futurista y agigantada una sociedad hipercontrolada, evidente reflejo del camino que ya estamos tomando, e imaginó esa invisibilidad social como la solución para los que necesitan escapar de ese control asfixiante.

Pero olvidemos los temas y las tramas, que en esta novela o son secundarios o simplemente casuales, como suele ocurrir en las buenas novelas policiacas –y de eso sabe mucho Justo Navarro-. Aquí lo que atrapa es la atmósfera y ese mundo que construye Navarro con mucho cuidado y en el que vuelca conceptos que remiten a los ya nombrados Ballard y Dick. Por ejemplo, será difícil para el lector no caer fascinado con las psicovisiones: «La idea era convertir las alucinaciones en ondas eléctricas que se implantan en la cabeza. En la novela funcionan como estímulos visuales y sensoriales que se comercializan igual que se comercializa hoy día la música y el cine. Eso es lo que se hace en el estudio de grabación del título, donde un productor de psicovisiones se encarga de crearlas y distribuirlas. La novela es en sí una psicovisión: mientras la escribía, estaba narrando mi propia psicovisión sobre cómo vivía mi presente», le confesó el escritor granadino al periodista Pablo Bujalance al respecto de este aspecto clave de ‘DumDum, estudio de grabación’.

No faltan aquí los bajos fondos y toda la parafernalia que cualquier ciudad que se precie debe ofrecer en una novela negra y ciberpunk: clubs nocturnos, drogas de diseño, adictos a las drogas de diseño, sofisticados mecanismos de control, páramos lejanos de las arterias principales, vehículos autónomos, armas y, por supuesto, extrañas conspiraciones ocultas, una mujer fatal y algún que otro asesinato. Porque ‘DumDum, estudio de grabación’ cumple con todos estos requisitos, que además nos llegan enriquecidos por Justo Navarro con una capa de chapa y pintura granadina, con una ciudad futurista literalmente construida sobre la vieja Granada que constituye el tema y escenario recurrentes en la narrativa del autor de ‘La casa del padre’.

Otro aspecto clave en esta novela es la música. Y no es la primera vez, porque la música siempre es un elemento principal en la obra de Justo Navarro –él mismo se considera un músico retirado-. Aquí la música electrónica forma parte fundamental de la historia, y algunos de los pasajes más divertidos y atractivos son aquellos en los que Navarro se explaya casi a la manera de una crítica musical: «En el Kontakte empezaba su concierto de aquella noche el dúo Arbeitskraft, Kritische und revolutionäre Musik. Una de las músicas, Utta Ohler, violonchelista de la Granada InterOrchester, estaba en ese momento en Hamburgo, desde donde programaba y manipulaba sus ordenadores y su violonchelo, a 2.568 kilómetros del Kontakte. Desde su apartamento en la calle Sancti Spiritus, a menos de quinientos metros del Kontakte, la percusionista Hedda Evangelisti, especialista en percusiones sintéticas, mezclaba sus sonidos con los de Utta Ohler. El dúo Arbeitskraft tocaba siempre en directo, en dos pantallas distintas y en su casa cada una de las instrumentistas. En aquel momento tocaban a la vez en once locales de Europa y América. Desde la oficina del Kontakte yo le servía a Evangelisti un surtido de sonidos Roland TR-909 Rhythm Composer, Roland TB-303 Bass Line, Korg Electribe R, Roland TR-8, Aira TR-8 con expansión 7X7-TR8, aparatos desenterrados del almacén de detritus del DumDum, más una dosis de ruido de masticación de madera, termitas, monstruos de otro tiempo, un tiempo del que algunos niegan la existencia, percusión persistente» .

‘DumDum, estudio de grabación’ no va a decepcionar a nadie que alguna vez haya coqueteado con el ciberpunk o el noir, y es una novela en la que el lector se debe dejar llevar por ese torrente de estilo e ideas que surge de una las voces más apasionantes y arriesgadas de nuestra literatura. Otra vez, siempre hay que leer a Justo Navarro.

DumDum, estudio de grabación

Autor: Justo Navarro

Editorial: Anagrama

Precio: 17,90 €