Si Darwin, en lugar de perder el tiempo navegando en el ‘Beagle’, se hubiera pasado por la Málaga de nuestros días, habría advertido signos preocupantes de ‘involución humana’, algo así como si Benjamin Button rejuveneciera de forma mucho más acelerada y que permite que en nuestra ciudad convivan personas civilizadas con activas hordas de homúnculos.

Gracias a ellos, volcados siempre en la destrucción del espacio público en el que viven, el Ayuntamiento tiene que destinar dinero de todos en reponer y enmendar sus entuertos.

La Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial comunicó ayer a la Gerencia de Urbanismo y al arquitecto que rehabilitó la chimenea de Los Guindos que este monumento había sido dañado, ‘felizmente’, sólo en la base.

La chimenea, rebautizada durante unos años como ‘Mónica’, por la enamorada pintada que lucía en las alturas, tenía al pie de la calle unos cristales, supuestamente irrompibles, uno de los cuales ya ha sido roto en pedazos. Además, el autor o autores del portento se han llevado de recuerdo la placa que recordaba la pintada de ‘Mónica’. Este es el panorama ‘vandálico-antropológico’ que tenemos en Málaga. Ahora, a costear la reparación entre todos.

Descubrimiento

La lluvia intermitente no impidió el pasado fin de semana que la celebración conjunta de la Cruz de Mayo, en las casas hermandades del Sepulcro y los Estudiantes, fuera un éxito. El importe de lo recaudado se destinó a varias obras sociales y ONG.

Cuando arreció la lluvia, los asistentes buscaron refugio en las terrazas y admiraron la novedad del ‘poligonito industrial’ delante del Teatro Romano con las piletas para el garum y el salazón.