El escarabajo de nombre científico ´fácil´ de olvidar (Rhyncophorus ferrugineis) y aspecto de tuneladora de metro ya no se dedica únicamente a atacar las palmeras canarias de la provincia. Según confirman varias fuentes oficiales, el conocido como ´picudo rojo´ ataca ya otras clases de palmeras, árboles y plantas.

Como destaca la concejala de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Málaga, Teresa Porras, el insecto ya ha acabado con una kentia en el Parque de Málaga, un árbol más que ´alejado´ de la dieta ´tradicional´ de palmera canaria.

Además, en Marbella el picudo ya ha sido localizado en palmeras datileras, como confirma Eloy Ortega, director del Servicio de Parques y Jardines, que precisa que la datilera "se defiende mejor" del escarabajo que la palmera canaria. En esta ciudad, por cierto, el picudo ha dañado unas 10.000 palmeras que han tenido que ser taladas (los datos son de 2008). A su favor hay que decir que Marbella sólo ha perdido entre 20 y 30 palmeras este año en sus jardines públicos, informa Ortega.

La situación en Málaga capital también preocupa. Según las cifras de la Área de Parques y Jardines, en lo que llevamos de 2009 el escarabajo ha acabado con 989 palmeras; de ellas, 120 se encontraban en jardines públicos y 869 en jardines privados.

Como resalta el gerente del jardín botánico de La Concepción, Alfredo Asensi, el picudo ha sido parado en seco con éxito en los parques y jardines municipales, incluida La Concepción, gracias a tratamientos muchos de ellos preventivos; sin embargo, también admite que "el insecto se ha aclimatado a la perfección y vive y se desarrolla estupendamente en Málaga".

Además, las altas temperaturas de noviembre no han hecho sino prolongar su ciclo biológico, de ahí que resalte que en Málaga "se está reproduciendo todo el año". Asensi también ha confirmado el ´cambio de gustos´ del picudo. "Ya no sólo ataca las palmeras canarias, ha atacado otro tipo de palmeras y la caña de azúcar".

Agricultura. Fuentes de la Delegación de Agricultura de la Junta en Málaga admiten la ´diversificación´ del picudo, pero consideran que se trata de algo "circunstancial". "Mientras queden palmeras ´canariensis´ preferirá las ´canariensis´, cuando termine con las especies más accesibles buscará otras fuentes de alimentación".

Si miramos las cifras globales de toda la provincia, desde la aparición del picudo rojo en 1996 hasta 2008 han muerto unas 17.000 palmeras canarias, pero a partir de ahora, a lo mejor hay que ir sumando otras ´piezas´ del reino vegetal.

La pregunta del millón es cómo frenar esta plaga con la que quizás haya que convivir durante largos años, en una provincia con una enorme riqueza botánica.

Hace un año, la Junta de Andalucía puso en común con el Ayuntamiento de Málaga sus ´líneas de investigación´. Por ahora, parece que lo más efectivo es el insecticida Imidacloprid, mientras que un segundo tipo, el Azadiractin, es, señalan fuentes de la delegación de Agricultura, "más suave". "El Imidacloprid es más efectivo", insisten.

Como señala el gerente de La Concepción, el insecticida autorizado por la Junta se aplica "regando el cogollo de la palmera, que es donde ataca el insecto y se muere". También puede echarse de forma preventiva antes de que aparezca, causando la muerte del insecto cuando llega a la palmera.

El insecticida no es el único método para no permitir la llegada del escarabajo o causarle la muerte. La Junta de Andalucía también contempla el uso de ´nemátodos´, un gusano portador de una bacteria que ataca a este dañino insecto. "Los nemátodos se utilizan también para complementarlo con los tratamientos químicos y disminuir la presión de utilizar insecticidas", señalan fuentes de la Junta.

Por otro lado Alfredo Asensi detalla que estos ´nemátodos´ funcionan con más éxito en épocas más frías, "además es más complicado porque necesitan una solución acuosa y tienen que tener una agitación". Como explica el gerente, este método mixto se está empleando con más frecuencia en la zona de Valencia, mientras que en áreas con más densidad de palmeras como el famoso palmeral de Elche, se emplean aviones para repartir los insecticidas.

"En otros sitios se emplea una bacteria y es el mismo tratamiento que para la procesionaria de los pinos en la fase de oruga, pero es un método más caro", informa Alfredo Asensi.

El dinero que los ayuntamientos tienen que desembolsar para frenar al picudo rojo es también objeto de polémica. En concreto en la capital el Consistorio lleva gastados 374.000 euros desde 2007. "La Junta iba a firmar un convenio con el Ayuntamiento para pagar al 50 por ciento la retirada de las palmeras pero nunca más se supo", critica la concejala Teresa Porras. Si el picudo amplía su alimentación, el panorama de gastos y daños podría empeorar mucho más.