La plantilla de gruistas del Ayuntamiento de Málaga, que protagoniza una huelga los lunes y miércoles de mayo, se encadenó ayer en la calle Larios para defender que son «conductores y no recaudadores de impuestos» y en reclamación del establecimiento de un protocolo de seguridad que les permita actuar de manera legítima.

La nueva jornada de huelga se desarrolló ayer con normalidad. La plantilla recorrió el camino entre el depósito de la calle Princesa y Larios, donde se encadenaron durante un tiempo. La protesta fue vigilada de cerca por numerosos policías que no tuvieron que intervenir ya que no se produjo ningún incidente, según recalcó el portavoz de los huelguistas, Manuel Lima.

«Nos sentimos entre la espada y la pared y nos encadenamos como símbolo de protesta, ya que no queremos que nuestra nómina se vea engordada por el número de vehículos retirados, sino que prevalezca nuestra dignidad profesional», señaló Lima.

El representante de los trabajadores informó que la CGT, sindicato convocante de la huelga, ha presentado dos denuncias ante la Inspección de Trabajo por «vulneración de los servicios mínimos».

El sindicato ha denunciado que el pasado lunes la empresa contrató a una grúa privada para que retirase un vehículo «durante las horas de huelga». La segunda denuncia tiene que ver con la contratación de un mecánico, también el pasado lunes, «cuando los servicios mínimos no preven ningún operario de este nivel».

La huelga volverá el próximo lunes 31 de mayo, última fecha prevista y a partir de ahí los trabajadores decidirán nuevas medidas de protesta.