El Ayuntamiento de Málaga cambió el año pasado la ordenanza que regula la recaudación de impuestos municipal para facilitar el pago de las deudas de impuestos y tasas que mantienen los particulares con la administración municipal.

La concejala de Economía y Hacienda, Carolina España, justificó este cambio en la situación de crisis económica y para facilitar el abono a las personas físicas y jurídicas que han contraído deudas con el Consistorio. La flexibilización en el pago es una alternativa antes de que un recibo pase a la vía de recaudación ejecutiva, es decir que se produzca un apremio y posteriormente un embargo de bienes.

La principal medida fue elevar el límite de la exención de obligación de presentar un aval bancario para fraccionar el pago de una deuda con el Ayuntamiento. Esta era una disposición que se había adoptado para el ámbito estatal por la Agencia Tributaria y que el Ayuntamiento también adaptó a las deudas con el municipio. Así, el límite de la exención se pasó de 6.000 a 18.000 e, lo que reducía el margen para presentar un aval bancario, más complicado de obtener, y facilitaría el acceso al pago fraccionado.

Además, el Ayuntamiento amplió el plazo para fraccionar el pago. Las deudas de 150 a 1.500 e se pueden abonar en 12 meses; de 1.500 a 3.000 euros se pueden pagar en 18 mensualidades, de 3.000 a 6.000 e en 24 meses; de 6.000 a 9.000 euros en 30 pagos mensuales; y más de 9.000 euros, en 36 mensualidades.