Ama la profesión penitenciaria, a la que se unió hace ya 37 años, y dentro de este ámbito lo ha sido todo: funcionario raso, jefe de servicio, director en cuatro cárceles y alto cargo, desempeñando distintas funciones, en Instituciones Penitenciarias. Juan Antonio Marín Ríos es, desde mayo, el flamante director de la cárcel de Alhaurín de la Torre, donde ha recalado precisamente buscando la cercanía de su Jaén natal y con el objetivo de palpar, poco antes de jubilarse, «la realidad penitenciaria». Habla claro, sostiene la mirada y se ríe francamente, casi con ganas. Mientras echa un cigarro en el jardín de la prisión, alaba a sus trabajadores. Buena forma de empezar a desfilar por una de las prisiones más complicadas del país.

En su presentación dijo usted que había cosas de la cárcel de Alhaurín que le gustaban y otras, no tanto. ¿A qué aspectos se refería?

Bueno efectivamente yo dije eso. Había cosas que me habían gustado en esa primera visión que tuve cuando tomé posesión, pero es lógico que en un centro de este calibre y dimensiones pues haya cosas mejores y peores y que a cada director que viene aquí le gusten más o menos. Tampoco las quiero enumerar una por una. Sí decir que hay una serie de proyectos que tengo en ejecución. Ya he iniciado una serie de reformas para mejorar aquello que a mí no me gustaba en diversos ámbitos. En cualquier caso, una de las cosas que más me han gustado es el equipo de funcionarios, más de 500, que tengo en este destino. Sin ellos no podría hacer lo que tengo en mente, por eso les estoy agradecido. A ellos y a las ONG que nos ayudan en la tarea de reinsertar a los internos.

¿Qué proyectos pondrá en marcha durante su mandato?

A lo largo del tiempo que yo ocupe esta dirección, es obvio que hay inversiones que no se podrán acometer a corto plazo, porque tenemos una importante crisis económica. En cambio, otras ya estaban proyectadas, autorizadas, presupuestadas, como, por ejemplo, la remodelación integral de la cocina, que se va a hacer nueva a partir del último trimestre del año. Y hay otros proyectos presupuestados ya que podrán llevarse a cabo en breve: por ejemplo, vamos a hacer un edificio nuevo para las comunicaciones, porque los locutorios actuales no son suficientes en relación con la población que tenemos; quiero hacer un nuevo edificio de oficinas para personal funcionario y cambiar toda la cubierta del centro, que está muy deteriorada. Hay que recordar que el centro se inauguró en el año 91 ó 92, tiene 18 ó 20 años, y se ha producido un deterioro con el paso del tiempo y por el uso. Pero eso son proyectos a largo plazo, porque es obvio que con la crisis no los hemos podido acometer. Hay otros que ya están en marcha, estamos reformando la enfermería número 2, porque la primera ya se había reformado. En comunicaciones estamos haciendo mejoras en cuanto a la seguridad, están las obras ya ejecutándose; queremos hacer también una nueva organización de los talleres, en la unidad docente también estamos haciendo obras de acondicionamiento. En tratamiento, lo que quiero hacer es impulsar los módulos de respeto. Cuando yo vine a este centro, sólo había un módulo de respeto. Esta semana vamos a inaugurar el de mujeres y así, progresivamente, sin detenernos mucho, vamos a ir inaugurando módulos en el centro. Hay 104 módulos de respeto a nivel nacional que afectan a 55 centros. En cuanto a las inversiones, la Administración Penitenciaria está afectada, pero, dentro de la crisis, creo que ha hecho los deberes con tiempo. En 2004 hicimos un nuevo plan de centros, que llegaba hasta 2012. La inversión total era de 1.600 millones de euros, que se ha hecho, y esas inversiones en centros nuevos, que han afectado mucho a Andalucía, han permitido que resistamos.

La cárcel de Alhaurín de la Torre es históricamente una de las más masificadas del país...

Efectivamente es una de las más masificadas que ha habido. A mí no me gusta hablar de masificación, sino de sobrepoblación. Pero no sólo en Málaga, yo creo que a nivel nacional el índice de sobrepoblación ha disminuido gracias a esas inversiones. Se van a crear entre 2004 y 2012 más de 18.000 plazas para internos, con lo cual se ha amortiguado ese incremento tan espectacular que se ha producido. Desde 2005 hasta hoy, se ha incrementado en 12.000 el número de internos en España, sin contar Cataluña. Y es obvio que este centro ha soportado siempre, porque hay mucha demanda de plazas en la zona, un índice elevado de población. No obstante, desde que yo llegué aquí, la disminución ha sido del 10%. Estábamos en 1.640 y ahora estamos en 1.470. Y eso se nota en el centro, y sobre todo en esta época del año debido a las temperaturas. Además vamos a impulsar los traslados a otros centros del entorno, con el fin de no dañar la vinculación familiar de los internos. Estamos derivando a Algeciras, Córdoba, Albolote o Morón, centros andaluces que sí disponen de plazas y están en mejores condiciones que éste. Pero hay más medidas: queremos incrementar el número, dentro de las previsiones legales, de los terceros grados, con lo que irían al CIS; queremos impulsar las propuestas de libertad condicional para extranjeros, para que el cuarto periodo de la condena lo cumplan en su país de origen. Para ello hay que contar con la voluntariedad del interno. También queremos impulsar propuestas de clasificación del artículo 100.2, para internos de segundo grado, lo que también conllevaría el traslado al CIS, siempre según las previsiones legales. Y, por último, instar a las autoridades judiciales a que sustituyeran la pena en aquellos casos que no superaran los dos años por expulsión del país.

¿Cuánto disminuiría la población de Alhaurín de la Torre con estas medidas?

Ahora mismo, teniendo en cuenta la población global de otros centros, nosotros, manteniendo el 10%, podríamos estar bien. Quizás reducir un 3 ó 4% más, estar en torno a 1.400 internos, de forma que así esta prisión se puede mantener en condiciones de habitabilidad.

Es un plan pionero...

Ésa es mi intención, porque quiero mejorar la calidad de vida de los internos, ya que ello influye también directamente en la seguridad. Éste es el número, siendo solidario con otros centros. Estando en el 12 ó 13% podemos soportar perfectamente la población que tenemos.

¿Se saca todo el partido posible a las nuevas tecnologías, su especialidad, en el ámbito penitenciario?

La secretaría general ha hecho un esfuerzo tremendo desde 2005 hasta ahora. Y ha conseguido, en mi opinión, tener un sistema penitenciario, en mi opinión, de los más modernos y humanitarios de Europa y del Mundo. Y ello gracias a la incorporación de nuevas tecnologías. A modo de ejemplo, el sistema de identificación automatizado, pionero en el país. No se necesita tinta, que es el que utiliza la policía. Ahora, el interno dispone de diez llamadas semanales sufragadas por él, y puede utilizarlas como quiera, con una serie de controles, claro, que se realizan a través de un sistema informático. Hay un sistema de seguridad electrónica, todos los centros están dotados con ellos. Un nuevo sistema de gestión en comunicaciones, que vamos a implantar aquí yo creo que en septiembre u octubre, totalmente automático. Habrá un único número de teléfono donde los familiares podrán llamar y reservar sus comunicaciones con familiares o amigos. Y un sistema de gestión general, que se ha aplicado en todos los centros, con bases de datos informatizadas, aplicaciones nuevas, que permiten una agilización de toda la gestión de los centros.

Uno de sus cometidos será el de coordinar la puesta en marcha de la cárcel de Archidona...

Ahora se están moviendo tierras, es un proyecto consolidado con presupuesto, la prisión va a llegar a su término, podrá inaugurarse entre el tercer o cuarto trimestre de 2012, y, en principio, lo que tocará es coordinar las obras, giraré visitas periódicas al centro.

¿No hay peligro de que se retrase debido a la crisis?

En principio no. No sabemos qué va a pasar mañana.

¿Aliviará el nuevo presidio la situación de Alhaurín?

Por supuesto. Yo soy el más interesado en que se haga lo más rápido posible. Lo que esté de mi parte lo voy a poner, porque va a suponer un desahogo importante, primero para Málaga, y, por supuesto, para otros centros de la zona.

¿Será de cumplimiento o para presos preventivos?

Eso no se ha decidido todavía, ahora los centros son polivalentes. Málaga, por ejemplo, es preventivo, pero estamos al 50% entre preventivos y penados. En la media del país, el 77% está penado y un 33% está preventivo.