Su progresión en la natación de máximo nivel está siendo espectacular. Los buenos resultados no dejan de llegar para la deportista malagueña. Y todo esto con tan sólo 20 años (31/1/1990). Ya prometía cuando sus padres, a la temprana edad de seis primaveras la apuntaron a dar clases de natación en el Real Club Mediterráneo, al que todavía pertenece.

Es paradójico pero sus primeros baños siempre iban precedidos de llantos y pataleos. Pero pronto empezó a gustarle eso de nadar y hasta el día de hoy nadie ha conseguido sacarla del agua. Sueña con poder representar algún día a España en un Mundial o unos Juegos Olímpicos. Por ahora, va por buen camino, ya que acaba de firmar su participación en los Europeos de Budapest.

Y es que, a esta joven deportista, desde siempre, le gustó las modalidades de fondo que se disputan en piscina –400 metros, 800 metros y 1.500 metros–. Pero hace cinco años empezó a nadar en aguas abiertas con la simple intención de probar, tras ver su entrenador que aguantaba muy bien el ritmo de las distancias largas.

El sacrificio de Marta no tiene límites, sólo hay que ver los entrenamientos que realiza a diario compaginándolos con sus estudios de Fisioterapia. Se entrena de lunes a sábado e incluso algunos domingos. Se levanta muy temprano para desplazarse desde Churriana al Club Mediterráneo de la capital. Incluso cuando tiene doble sesión de entrenamiento sus jornadas comienzan a las cinco de la madrugada. Sin duda un día a día muy duro que no está al alcance de cualquiera. Y es que Marta, cuando todas su amigas están planeando irse de fiesta a Benalmádena, tiene que levantarse temprano para seguir entrenando.

Estos campeonatos de Europa han sido los segundos para Marta. Los primeros fueron en Croacia y la malagueña fue allí para aprender, sin ningún tipo de presión. Pero este año en Budapest era diferente. Llegaba a la capital húngara con mucha más experiencia, tras un año 2009 y 2010 plagados de éxitos deportivos.

De todas formas, Recio era consciente de que luchar por las medallas iba a ser tarea complicada por no decir imposible. Ella consideraba un gran resultado el acabar entre las ocho primeras en las dos competiciones. En la primera, los cinco kilómetros, no pudo ser, pero logró una meritoria decimosegunda posición. En los diez kilómetros acusó el esfuerzo realizado durante la jornada anterior y sólo pudo acabar la decimoctava. «No me encontré perfectamente».

Además de la fatiga acumulada no se sintió a gusto con las condiciones de las aguas del lago Balaton. «La sensación de nadar en este lago era muy parecida al mar por las corrientes y el viento. Nadamos varios tramos contracorriente y fue muy duro», explica Recio.

Tras estos Europeos, la malagueña finaliza su temporada a escala internacional con muy buen sabor de boca. En España todavía tiene que disputar la Copa de Asturias a mediados de este mes de agosto.

Pero no se crean que ahora toca descansar, la infatigable fondista de las aguas seguirá entrenando para preparar mejor si cabe la temporada venidera, en la que espera consolidarse entre las mejores nadadoras de la disciplina de las aguas abiertas.

Pese a su juventud, la malagueña ya ha cosechado algunos éxitos deportivos al máximo nivel, como la medalla de oro en el la final de la Copa de Europa de los diez kilómetros en aguas abiertas del año pasado que tuvo lugar en la localidad costera de Marmaris, con sólo dos segundos sobre la siguiente rival.

Recorrido

Marta juega con algo de ventaja, ya que es de las nadadoras más jovenes de la disciplina. La mayoría de sus compañeras empiezan a alcanzar su cenit deportivo a los 23 años por lo que aún tiene tres años de progresión. Las anécdotas de la malagueña en competición son innumerables. El año pasado en México compitió en la desembocadura de un río plagado de cocodrilos. O en Turquía, donde sufrió las picaduras de numerosas medusas. «Soy muy asustona con todos los bichos que encontramos, pero prefiero no pensarlo y seguir nadando».