Mañana de contrastes. A las puertas del Ayuntamiento, el movimiento 15-M protestando con caceroladas y consignas contra la clase política. Más de un centenar de personas variopintas, desafiando al calor y gritando a todo el que entraba al Consistorio, daba igual que fuera político o no. Hicieron mucho ruido, pero no causaron problemas. Ya dentro, la imagen era otra, trajes de chaqueta y vestidos de domingo invadían los pasillos. Los flamantes ediles esperaban el gran momento en el salón de los Espejos, en un ambiente relajado, algunos acompañados por sus familiares, que después pudieron seguir la investidura en directo.

Allí se dieron cita los representantes de la vida social, económica y política malagueña. No faltó casi nadie. El presidente de la CEM, Javier González de Lara, compartió asiento con los representantes de CCOO, Antonio Herrera, y de UGT, Manuel Ferrer, con los que conversó largo rato. Muy cerca de ellos, reunión de exalcaldes: Pedro Aparicio y Luis Merino charlaron largo y tendido, acompañados de la rectora de la UMA, Adelaida de la Calle. Por allí estaban también los ediles delegados,Diego Maldonado, Manuel Díaz y Miguel Briones, y el subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna, la delegada del Gobierno andaluz, Remedios Martel, y el director general del PTA, Felipe Romera, el presidente de la Cámara de Comercio, Jerónimo Pérez Casero, el coordinador de IU, José Antonio Castro, el diputado popular Juan Manuel Moreno Bonilla y el parlamentario del PP Antonio Garrido. Y además representantes de las cofradías, de las peñas, del cuerpo diplomático, de Defensa…

La nueva corporación entró al salón de plenos a las 12.13 horas. Se constituyó la mesa de edad, se impusieron las medallas, se eligió al nuevo alcalde, sin sorpresas, claro, y comenzaron los discursos. La sesión se movió entre el tedio, la emoción y alguna anécdota. El portavoz de IU, Pedro Moreno Brenes, separado en la bancada de sus dos compañeros por la distribución de asientos, fue el que dejó más hueco en su discurso para el humor. Recordó al PP que el empacho de poder no es bueno, «yo los estimo y por eso quiero que tengan buena salud», y bromeó sobre su intensa agenda, diciendo que no lo habían clonado y que no había logrado estar en dos actos al mismo tiempo, pese a que lo ha intentado… Carolina España se mantuvo fiel a su estilo, María Gámez estuvo segura en su intervención, con buenos mimbres, y el alcalde fue el que más se alargó, emocionándose al final de su discurso. La sesión se levantó sobre las dos de la tarde. Empieza un nuevo mandato.