El enigma más importante del caso Malaya es dónde está el exedil Carlos Fernández, una incógnita que ni siquiera la policía ha podido desentrañar tras seis años de concienzudas y minuciosas pesquisas. Pero entre la maraña de rumores y medias verdades respecto al paradero del exportavoz del PA en Marbella, hay alguien que dice saber por dónde anda el otrora niño bonito de Jesús Gil: Marisol Yagüe. Ésta aseveró ayer, entre la sorpresa de algunos y las risas de otros, que conoce el lugar en el que se oculta el exconcejal, Argentina, un prófugo al que, por cierto, culpa de los males de todos los acusados.

La sorpresa fue tan grande que José Godino, presidente del tribunal, tuvo que explicarle a uno de sus compañeros que lo que había escuchado era verdad. Es decir, que sí, que la exalcaldesa dijo conocer el paradero de Carlos Fernández. Y no se bajó del burro. «Yo sé dónde está y cómo vive», y sentenció: «Se ha quitado de en medio», señaló.

Al final de su declaración en el juicio, Godino le volvió a preguntar si sabía de verdad dónde estaba Fernández: «Sé lo que he oído, que lo busquen en Argentina».

La exregidora marbellí afirmó que un amigo suyo se lo encontró en 2006 en el aeropuerto de Buenos Aires, al igual que el también imputado en el caso y empresario Ismael Pérez Peña. Ello lo sabe porque éste se lo ha contado a varias personas, explicó.

Y atacó directamente a la policía: «Podía haber encontrado a Carlos Fernández». En julio de 2006, cuando el juez Torres emprende el segundo golpe de la operación Malaya, el abogado de Fernández le dice que su cliente se encuentra haciendo el Camino de Santiago y que se entregará en cuanto pueda. Eso nunca ocurrió. Un informe policial asegura que el exedil andalucista abandonó España por la frontera portuguesa y aterrizó en el aeropuerto argentino de Ezeiza en el verano de 2006.

«Nada más que con el teléfono que llevaba sabía dónde estaba en el Camino de Santiago y nunca fueron a por él», dijo en clara referencia a la policía, que, en su opinión, «podía haberlo encontrado». Se preguntó, además, por qué no lo cogieron, y se contestó a sí misma: «Porque Carlos Fernández tenía mucho que ver en todo esto, él no perdonó que lo echáramos» del equipo de gobierno.

El presidente de la Sala ordenó que se dedujera testimonio de las palabras de Yagüe y se enviaran las mismas a la policía para que se inicie una investigación sobre el paradero del exconcejal y alma mater de la moción marbellí.

Tras su salida del territorio nacional, se llegó a decir que estaba en Chile o que había cogido la culebrina en Túnez. Incluso se especuló con que un constructor inglés al que rumores no confirmados situaron en el vórtice de la moción de censura que descabalgó a Julián Muñoz está costeando su huida.

Incluso se escuchó que Fernández era un testigo protegido de la Fiscalía, el auténtico cerebro gris del caso, algo que siempre han negado los diferentes responsables judiciales. Fuentes del caso aseguraron en su día que, más que una búsqueda activa, lo que se espera es que el exedil cometa un fallo en su increíble fuga. De momento, en seis años eso no ha sucedido.