Tras años continuados descensos desde que comenzó la crisis, Málaga ha logrado al fin detener en este 2012 la sangría de bajas de trabajadores autónomos y ha alcanzado un esperanzador repunte del 1,8% en su censo, que se sitúa actualmente en los 94.618 afiliados. Los datos están todavía muy lejos de los 102.000 trabajadores por cuenta propia que tenía la provincia antes de que estallara la crisis pero se unen a dos noticias positivas que hacen mirar el futuro con un poco de optimismo.

Por un lado, la puesta en marcha del plan de pago a proveedores de los ayuntamientos, que en Málaga ha movido más de 300 millones de euros, y por otro la inminente Ley de Emprendedores que prepara el Gobierno –una de las propuestas estrella de Rajoy durante la pasada campaña electoral–, y que incluirá mejoras fiscales y una menor responsabilidad patrimonial para los valientes que en estos tiempos creen nuevos negocios. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ya ha dicho que la futura ley incluirá además la regulación de la segunda oportunidad para que los empresarios que no hayan tenido éxito en un primer negocio puedan liberarse de la carga y pueden emprender otros proyectos.

La secretaria general de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) y de la Asociación Provincial Intersectorial de Autónomos (CEAT), Natalia Sánchez, recuerda que la provincia perdió más de 6.500 autónomos desde finales de 2007, a una media de cuatro bajas diarias. Pero hay que aclarar que hablamos de un censo con continuas altas y bajas: es decir, que las personas que abandonan la actividad han sido muchas más pero son compensadas con otras que se dan de alta. Lo importante es que en los últimos meses la tendencia ha cambiado y pesan más las entradas en el RETA que las salidas. Sánchez da algunas posibles explicaciones al repunte.

«A parte de que Málaga es de por sí una provincia muy emprendedora, hay muchas personas que después de haberse quedado en paro han decidido poner un negocio. Algunos responden el perfil de personas mayores de 40 años, que están teniendo más dificultades de reinserción laboral y que, propia necesidad, quieren aprovechar su experiencia para iniciar una actividad por su cuenta», comenta.

El pago a proveedores, un alivio. De la misma opinión es el vicepresidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Andalucía (ATA-A), Rafael Amor, que destaca el potencial turístico y hostelero de la provincia malagueña como semillero de negocios. De hecho, el comercio, con 28.509 autónomos, y la hostelería, con 13.040, son los segmentos líderes en la provincia y de los pocos que han crecido desde 2010.

«Málaga es la provincia andaluza con mayor crecimiento de autónomos a lo largo de 2012 y eso se debe al turismo, a los servicios y a la gran actividad que ha generado fenómenos como la llegada masiva de cruceristas a la ciudad a través del puerto», afirma. La eclosión de nuevas fórmulas de negocio de restauración tipo heladerías, yogurterías, coctelerías o nuevos restaurantes por el Centro y por los barrios de la ciudad no es ajena a esta dinámica.

Amor también destaca el alivio que en general ha producido en el sector el plan de pago a proveedores ya que, según sus cálculos, unos 15.000 autónomos malagueños estaban directa o indirectamente afectados por las deudas de los ayuntamientos.

«No hay nada peor para un autónomo que no te paguen por el trabajo realizado. El plan de pagos ha sido un auténtico balón de oxígeno y ha hecho que vuelva parte de la liquidez, aunque sólo sea para pagar deudas», reconoce. Pese a ello, la construcción, con apenas 10.400 autónomos, no es ni la sombra de lo que fue.

Ángeles en lugar de bancos. Con todo, el principal problema al que se enfrentan actualmente los autónomos es el estrangulamiento financiero al que son sometidos por los bancos. Se calcula que en Málaga unos 8.000 trabajadores por cuenta propia –para un total de 33.000 en Andalucía– han podido echar el cierre forzados por la negativa de las entidades financieras a renovarle su póliza de crédito. Lo más triste es que no eran cantidades millonarias, sino modestas líneas de financiación con un importe medio de 10.000 euros.

«Para un autónomo es frustrante dejar la actividad por falta de financiación a sabiendas de que tu negocio podría seguir funcionando.

Una alternativa para los autónomos y emprendedores puede ser el fomento de la inversión privada, tan normal en países anglosajones. Natalia Sánchez destaca la colaboración que CEM mantiene con la Sociedad de Planificación y Desarrollo (SOPDE) de la Diputación de Málaga, que tiene entre sus iniciativas con la red Business Angels. Este grupo de 60 inversores privados cuenta con un potencial inversor de más de 50 millones de euros, y es una oportunidad para los emprendedores.

Por parte del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría también ha anunciado la creación de un fondo de inversión para emprendedores de 40 millones de euros, destinado a capital semilla, que se realizará a través de la empresa pública ENISA, del Ministerio de Industria. Con un presupuesto de 100 millones de euros para este año, ENISA cofinanciará juntos con inversores seleccionados a empresas nuevas a través de créditos participativos en el proyecto Spain Startup Investment Fund dentro de la Ley de Emprendedores.