­En pleno debate por el nuevo sistema de concesión de becas universitarias o de Bachiller, la consejera de Educación de la Junta de Andalucía, Mar Moreno, reconoció ayer el el «fracaso» de las Becas Segunda Oportunidad, encaminadas a dar una segunda oportunidad al esfuerzo y la capacidad del alumnado que por razones diversas abandonó sus estudios, con una dotación económica de 4.000 euros por curso escolar. De hecho, la consejera explicó ayer en sede parlamentaria que las previsiones no se han cumplido «ni de lejos», pues en los dos años en los que se ha habilitado esta convocatoria únicamente se han otorgado 346 de un total de 6.000 becas planeadas, un 5,7 por ciento, lo que supone la inversión de apenas 400.000 euros de los 24 millones previstos. Así, y a pesar de que la iniciativa fue objeto de modificaciones el pasado ejercicio, Moreno aseguró que se hará una revisión en profundidad de esta beca, de la que reivindicó su carácter pionero en España, incluida en un plan de actuaciones para la lucha contra el abandono escolar.

La consejera abundó ayer también que la Administración autonómica seguirá «en alerta» pese a la intención anunciada por el Ministerio del ramo de reconsiderar los términos del nuevo decreto de becas -que contemplaban una nota mínima de un seis para poder beneficiarse de la ayuda a partir del próximo curso-, puesto que la pretensión de la Junta es que «se haga la gracia completa y vuelvan a la casilla de salida», con la reimplantación del cinco como nota mínima para poder disfrutar de estas subvenciones.

Durante su intervención en la comisión de educación del Parlamento andaluz, Moreno insistió en la conveniencia de que el departamento que dirige José Ignacio Wert dé marcha atrás en el endurecimiento de requisitos académicos, habida cuenta de que ya se ha causado un «daño» a miles de alumnos que en este ejercicio se han quedado sin beca.

Tras recordar que las propias comunidades autónomas gobernadas por el PP contribuyeron al replanteamiento del Ministerio, dado a conocer en una Conferencia Sectorial a la que la Junta trasladó el debate por considerar que la situación empeora lo que de por sí ve como una «carrera de obstáculos» al final de la cual para muchos queda «el obstáculo insalvable del dinero», la titular autonómica de Educación también recordó que la tesitura sociocultural de la región andaluza supone, además, otra «desventaja».

De esta manera, la Consejería defendió el «enorme esfuerzo» realizado por la Administración andaluza para que la crisis «no golpee de lleno a los más vulnerables y a las familias», materializado tanto en el mantenimiento de los programas de becas y ayudas como en el menor impacto de las medidas del Gobierno central en Andalucía.