El Obispado de Málaga seguirá limitando el uso hotelero de la Casa de la Espiritualidad a las necesidades de alojamiento derivadas de la actividad pastoral, entendiendo por ésta las jornadas de convivencia y retiro espiritual y en ningún caso el libre acceso de turistas no relacionados con la vida propia de la religión y la diócesis.

Según se desprende de un comunicado remitido ayer por la institución eclesiástica, la reforma del inmueble, que pertenece al complejo seminarista, no incluye ningún tipo de ampliación «de volumen y superficie» y se ocupa en exclusiva de evitar el deterioro y cumplir con la normativa vigente, que otorga la calificación de «uso hotelero» a cualquier espacio en el que pernocten personas que tengan su domicilio habitual en otro edificio.

De acuerdo con la diócesis, sin las obras de adaptación a la nueva legislación, la Casa de la Espiritualidad se habría visto obligada a cerrar sus puertas, a pesar de que la naturaleza de su actividad no se asemeja en puridad a la de los apartamentos u hoteles al uso. La norma, promulgada por la Junta con el objetivo de poner orden en el turismo y evitar la oferta no reglada, no hace distingos y obliga a darse de alta y cumplir con los requisitos técnicos subsiguientes a todo inmueble en el que se contraten habitaciones para dormir, ya sea con fines espirituales o turísticos.

El Obispado aprovechará el despliegue de las obras, cuya primera fase se prolongará en torno a un año, para restaurar la fachada norte de la Capilla del Buen Pastor, así como para eliminar accesorios superfluos. Fuentes de la diócesis aseguran que el proyecto, encomendado a ORP, intentará ajustar el espacio aún más a los símbolos y las necesidades de la vida seminarista.