El sector de la automoción, compuesto en Málaga por unos 70 concesionarios que generan unos 2.800 empleos, confía en cerrar 2013 con un leve aumento de las ventas de vehículos tras un desplome iniciado en 2008 que ha reducido la actividad comercial a menos de un tercio: de las más de 59.000 matriculaciones anuales que se llegaron a registrar en la provincia antes de la crisis se ha pasado al entorno de las 17.000. Unos 20 concesionarios se han quedado por el camino, otros han tenido que reagruparse y alguno hay en concurso de acreedores aunque las cifras más rotundas en cuanto a disminución de actividad vienen dadas por el empleo; de los más de 6.000 trabajadores que había en el sector de los concesionarios quedan menos de la mitad. La prolongación del Plan PIVE -cuya cuarta edición fue aprobada ayer por el Consejo de Ministros con 70 millones de euros- y las expectativas de recuperación económica que se vienen manejando en estos dos últimos meses, motivan que el sector en Málaga prevea cerrar el actual ejercicio con entre un 2% y un 3% más de ventas que el pasado año y que 2014 previsiblemente arroje otro aumento estimado del 5%, según los cálculos del presidente de la Asociación Malagueña de Automoción (AMA), Juan Peña.

En la provincia de Málaga, el acumulado de ventas hasta el mes de septiembre arroja 14.448 operaciones, un 4,10% por encima del mismo periodo del pasado año. Sin embargo, Peña matizó que, sin contar las matriculaciones del sector de los rentacar, que apenas dejan rentabilidad en los concesionarios, las ventas, están aún algo por debajo de 2012. No obstante, Peña -que también es gerente del concesionario malagueño Garum Motor de Ford- no duda de que el 2013 acabará con una subida de ventas, tras el balón de oxígeno propiciado por la renovación del PIVE.

«Que se mantenga el PIVE ahora y en 2014 es fundamental para la recuperación de un sector fundamental a efectos macroeconómicos, porque sirve luego de arrastre para muchos otros segmentos de actividad, como los servicios de reparación posventa y los talleres», comentó. El sector opina que el PIVE «no es un gasto sino una inversión productiva» y recuerda que el Gobierno recupera buena parte de lo que invierte a través del IVA que generan las compras y los impuestos de matriculación.

«Palos por todos lados»

La impresión es compartida por el vicepresidente de la Federación de Concesionarios de Andalucía (Fecoan), José Luis Torres, que afirmó que el sector atraviesa «los momentos más difíciles de su historia», ya que ha tenido que redimensionar su estructura a la mitad para paliar el descenso de ventas y las bajadas de precios que han tenido que aplicar a los vehículos para sobrevivir.

«Los palos nos han venido por todos lados. Lo bueno es que estamos aguantando y ahora, con la renovación del PIVE, esperamos ventas sostenidas. Tengo muy claro que sin este plan el 2013 hubiera sido catastrófico», señaló. En Andalucía, los últimos datos apuntan a una red de menos de 450 concesionarios con cerca de 18.000 empleos y una facturación de 3.000 millones de euros anuales. Torres estimó que la dimensión del sector se ha reducido entre un 20% y un 30% por la crisis. «En su mayoría, los concesionarios son pequeñas empresas familiares que han sufrido de lleno problemas como la restricción del crédito por parte de los bancos», dijo.

Los concesionarios malagueños aseguran estar notando cierta reactivación de la demanda desde que se conoció la pasada semana la ampliación del PIVE. «Estamos muy satisfechos. Este plan es fundamental para las ventas. Pensamos que el año que viene habrá también un crecimiento estimado del 5%. Esperemos que sea el inicio de la recuperación. Se ve más alegría en los clientes», afirmó el gerente del concesionario Honda Cotri de Málaga, Carlos Oliva.

«Nos ha venido muy bien. El tráfico de exposición ha crecido y se ve al cliente más animado, quizá también por los mensajes de una próxima recuperación económica», añadió Antonio Perujo, jefe de ventas del concesionario de Suzuki en Málaga Autofusión.

Se esperan 720.00 ventas

A nivel nacional, la aprobación del PIVE 4 permitirá que las matriculaciones de automóviles en España cierren este ejercicio con un volumen de casi 720.000 unidades, lo que supondrá un incremento del 3% en comparación con el ejercicio precedente. Según el presidente de la patronal de vendedores Ganvam, Juan Antonio Sánchez Torres, si no se hubiera lanzado esta ampliación del PIVE, el mercado español se hubiera situado por debajo de las 700.000 unidades, con una caída del 4%. Por su parte, el presidente de la federación de concesionarios Faconauto, Jaume Roura, afirmó que las incentivos se deberían mantener hasta que se recuperen niveles comerciales «normales», con un volumen de 1,2 millones de unidades anuales en España.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo que estos planes han demostrado su eficiencia al agotar los fondos aportados mucho antes de lo previsto. Aludió a efectos como la renovación de 300.000 vehículos, el ahorro de 105 millones de litros de carburante y la bajada en 210.000 toneladas de las emisiones de CO2.