Todos con Bernardo de Gálvez. Más de doscientos años después de su hazaña en la bahía de Panzacola, Pensacola para los americanos, el militar malagueño se queda sin poder entonar aquello de «Yo solo», el lema que se convirtió en su heraldo y en la divisa de su heroicidad. Al menos, en lo que se refiere a apoyos. La propuesta de que su retrato se cuelgue en la zona noble del Capitolio, aprobada por el Congreso estadounidense en 1783 y retomada este verano por las gestiones de Teresa Valcarce Graciani, está a punto de conseguir que el prócer de la independencia salga victorioso de su última batalla. Y, además, a lo grande, con el respaldo entusiasta de instituciones americanas y españolas.

Si el pasado diciembre, como ya adelantó este periódico, la idea de que Gálvez se instalara por fin en el Congreso contaba con el beneplácito de un grupo de congresistas estadounidenses, ahora, la causa se ha ampliado a ambos lados del Atlántico. El buen hacer del investigador Manuel Olmedo y de la Asociación Bernardo de Gálvez, que descubrieron los documentos en los que se reflejaba la voluntad de los representantes americanos, y, sobre todo, el arrojo y la tenacidad de Valcarce Graciani han logrado poner sobre la pista del proyecto a un abigarrado ramillete de instituciones.

Teresa Valcarce Graciani, malagueña nacida en El Ferrol y residente en Estados Unidos, tuvo conocimiento de la historia del cuadro en un artículo firmado por el propio Olmedo. El pasado verano y, después de confirmar que el retrato no se exhibía en ninguna cámara oficial americana, se puso en contacto con el demócrata Chris Van Hollen durante el rodaje de un capítulo del programa Españoles para el Mundo. El congresista replicó con un sonoro e inequívoco ‘guau’. Esa misma pasión se ha extendido en apenas cuatro semanas a empresas e instituciones, que ya han mostrado su interés en buscar la mejor fórmula para hacer cumplir con la resolución americana de 1783: que Bernardo de Gálvez, el héroe de Macharaviaya, mire para siempre a los políticos desde la rotonda interior del Capitolio.

Además del Ayuntamiento y la Diputación de Málaga, los ministerios de Exteriores, Defensa y Educación y Cultura están interesados en el proyecto, al igual que la Real Academia de la Historia, MarcaEspaña, la Fundación del Banco Santander, Fujitsu, Italcimenti y Unicaja. Un destacamento pilotado por la determinación de Valcarce y las investigaciones de Manuel Olmedo que parece difícil de torpedear. Especialmente, tras conocerse el aplauso de los propios senadores y congresistas americanos.

En los próximos meses, si se continúa con los plazos, Bernardo de Gálvez emprenderá su último viaje al país que ayudó a liberar. Y, por si fuera poco, mucho más robustecido en cuanto al recuerdo de su papel histórico, que curiosamente todavía es más conocido en Estados unidos que en España. La asociación que pelea por reivindicar su figura ha pedido que, aprovechando el eco del libertador malagueño, Málaga se convierta este año en sede del foro de la Fundación España-Estados Unidos. Un encuentro en el que el colectivo espera poder hacer entrega del primer premio Bernardo de Gálvez, que fue concedido al rey Juan Carlos en agradecimiento por haber regalado una estatua del militar a la nación americana. El galardón de la siguiente edición, según la organización, ya tiene dueño. Y no podía ser otro que Teresa Valcarce, la obstinada malagueña que ha guiado al héroe hacia el mar que le esperaba.

El nuevo retrato del héroe, con el objetivo puesto en América

Las gestiones para cumplir con la voluntad histórica del pueblo americano y homenajear la figura de Bernardo de Gálvez se han acelerado a raíz de la entrevista de Teresa Valcarce con Chris Van Hollen, congresista demócrata por Maryland. Aunque las fechas están sujetas a una confirmación oficial, en principio está previsto que el nuevo cuadro del militar parta a finales de este mes a Estados Unidos con destino el Capitolio. Se trata de una réplica exacta del original, atribuido a Maella, pintor de la corte de Carlos III. En este caso, la firma es de un malagueño, Carlos Monserrate, que se ha ofrecido, como todos los que participan en el proyecto, a colaborar de manera desinteresada. Se da la circunstancia de que la obra de Bernardo de Gálvez está notoriamente más glosada en Estados Unidos que en España. En la tierra en la que protagonizó sus proezas bélicas, el héroe de Macharaviaya cuenta con cuatro estatuas conmemorativas, mientras que en su país natal aún no se ha erigido ninguna que recuerde las gestas que facilitaron la creación independiente de la nación norteamericana. Esta asimetría es precisamente la que intentan corregir, entre otros, la Asociación Bernardo de Gálvez y el Colegio de Ingenieros Técnicos de Málaga, que ya han recuperado buena parte de su material biográfico. Entre otros, la carta que escribió Oliver Pollock al propio Gálvez para solicitarle un retrato con el fin de que su nombre figurara para siempre en el Congreso de los Estados Unidos.