El declive del antiguo Hospital de Santo Tomás se ha frenado. Al menos de momento, tras la intervención de urgencia del Obispado de Málaga para consolidar el inmueble histórico y evitar su degradación. El mal estado del inmueble, que ha permanecido más de 40 años cerrado hasta que ha pasado a propiedad del Obispado, motivó esta intervención, avalada por un informe de la Gerencia Municipal de Urbanismo que alertaba del mal estado del edificio.

La actuación se ha centrado en la limpieza del interior, la consolidación de la estructura para evitar desprendimientos y la reparación de la cubierta para evitar filtraciones de la lluvia, que estaban ocasionando los principales daños en el interior.

Estos problemas fueron alertados en el informe elaborado por la Gerencia Municipal de Urbanismo cuando, tras la cesión de la propiedad al Obispado, pudo acceder al interior del Hospital de Santo Tomás para comprobar el estado de conservación. El expediente pone de relieve la necesidad de una actuación urgente para frenar el estado de ruina «antes incluso de que se elaborara un proyecto de rehabilitación», subrayó el concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, quien reconoció la rapidez de la respuesta del Obispado a la exigencia de una actuación urgente.

El obispo de Málaga, Jesús Catalá, destacó que los trabajos han permitido «apuntalar las zonas más peligrosas y reparar otras para evitar lluvias». En este sentido, reconoció que la situación en la que se encontraron el antiguo hospital era muy mala «tras 40 años de dejadez», lo que hacía peligrosa incluso la visita al interior.

Entre las actuaciones acometidas, según Catalá, el Obispado también se ha encargado de la limpieza de los escombros de las dependencias donde hubo desprendimientos y el inventariado exhaustivo de todos los elementos existentes, como libros de cuentas, camas, batas de médico y demás elementos.

Futuro

El Obispado de Málaga, una vez consolidado el edificio con una intervención de urgencia, ya ha encargado la redacción del proyecto de rehabilitación del inmueble, con idea de destinarlo a acoger el archivo de la Catedral y el museo diocesano.

Jesús Catalá insistió en que la intervención que se hará en el inmueble «no será nada que no permita Patrimonio». Así, recordó que el inmueble no está declarado como Bien de Interés Cultural (BIC), pero al situarse en el entorno de otro como es la Catedral «no podemos tocar nada sin el permiso de Patrimonio».

El obispo de Málaga ya adelantó la obligación de restaurar «el edificio del siglo XIX, pero está en muy mal estado y será una obra compleja para conservar todo y que costará varios millones». Aunque reconoció que sería más fácil «conservar los muros y hacer una propuesta del siglo XXI en el interior», el proyecto se ajustará a las exigencias de conservación.

Catalá también dejó la puerta abierta a dar a conocer el interior del Hospital de Santo Tomás, un desconocido tras más de 40 años cerrado, aunque resaltó que no era posible hasta ahora puesto que era peligroso por el mal estado de conservación. No obstante, sí aseguró que se hará una visita al edificio cuando el proyecto esté más avanzado «y tengamos claro qué se puede hacer».

El concejal de Urbanismo, por su parte, espera una reunión con el Obispado de Málaga en las próximas semana para comprobar el avance de los trabajos de redacción del proyecto y de los trabajos de consolidación del inmueble. «Está situado en un enclave privilegiado y hemos de asegurar que se conserve», indicó Pomares, quien destacó la colaboración del Obispado para recuperar el inmueble.