Comidas abundantes y en familia, reuniones con los amigos, horas interminables de juego y, por supuesto, la noche más especial del año: la de los Reyes Magos.

La Navidad es una de las etapas más especiales del año, sobre todo para los niños, quienes disfrutan con la inocencia que les caracteriza de cada día y ansían la llegada de la mañana del día 6 para ver qué les han dejado Sus Majestades.

El mayor mercado online de productos únicos hechos a mano de Europa, DaWanda.es ha lanzado los resultados de un estudio sobre la época navideña en los hogares en el que han participado 2.800 españoles usuarios de internet, entre 18 y 60 años, y los andaluces se mantienen más fieles a la tradición de los Reyes Magos frente a Papá Noel.

Sin embargo, Papá Noel cada vez incorpora más en su ruta los domicilios malagueños pero hasta hace unos años para muchos era un gran desconocido que no pasaba nunca por casa. Aquellos que tienen en casa algún familiar extranjero sí que ha disfrutado de los regalos que reparte Santa Claus, como es el caso de la deportista malagueña Carolina Navarro, con su madre sueca y una cultura nórdica que ha visto crecer a la ahora la palista internacional. Y es que algunos de los personajes de la sociedad malagueña han detallado cómo recuerdan las navidades de cuando eran pequeños.

La noche de los Reyes Magos, sin duda, era la más especial del año de esos días de fiesta e incluso de todo el año. Una jornada llena de magia en la que muchos aseguran que conocen a alguien que tuvo la suerte de ver cómo dejaban los regalos en casa.

Desde políticos como el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, o la consejera de Educación en la Junta, Adelaida de la Calle, deportistas como la palista Carolina Navarro o el prestigioso cocinero José Carlos García pasando por ilustradora Pedrita Parker, o el cantante Javier Ojeda narran en primera persona cómo era esa época cuando eran pequeños. Algunos de los personajes más reconocidos del panorama actual de la ciudad han contado sus vivencias e incluso detallan cómo escucharon a Melchor, Gaspar y Baltasar dejar en casa algún detalle mientras los camellos reponían fuerzas a la entrada de casa gracias a los tentempiés que los pequeños dejaban para que la jornada se hiciera más amena.

Ninguno recuerda ser demasiado exigente a la hora de redactar la carta. No pedían en exceso y la ilusión era lo que predominaba a la hora de abrir los regalos, a pesar de que no fuera lo que ellos mimos habían pedido. Todos coinciden en que tener niños pequeños les ha hecho volver a mirar a la Navidad con los ojos del niño que llevan dentro y se disfrutan de nuevo con esa ilusión que sólo los pequeños comprenden.