La pujanza de la demanda extranjera y el buen cartel inmobiliario de Marbella y de Málaga capital permitieron a la provincia seguir avanzando el pasado año hacia la recuperación del mercado de la vivienda, que, después de la conmoción del estallido de la burbuja, empieza a recobrar el tono definitivamente, si bien todavía con lentitud y a una distancia sideral respecto a la etapa que precedió a la crisis.

Según señaló ayer el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores (ACP), Emilio López, la cifra de viviendas visadas en 2015 fue un 300 por ciento superior a la del ejercicio anterior, hasta llegar a las 2.142. Una tendencia que ha continuado este curso con otro nuevo salto, esta vez de un 134 por ciento en el semestre, al pasar de 270 a 631, lo que para el colectivo supone la constatación de la vuelta, ansiada aunque leve, a la línea ascendente.

De acuerdo con López, la provincia cerró el pasado año con un balance de 24.705 operaciones, un diez por ciento más que en 2014. La mayoría protagonizadas por extranjeros; Málaga es, en este sentido, la segunda zona del país que más confía en el llamado turismo residencial, que acapara casi el 41 por ciento de las ventas. El liderazgo por países corresponde al Reino Unido, que también es en este área el mejor aliado de la Costa del Sol, por más que últimamente las dudas se hayan disparado con el brexit.

Los números de la provincia suponen, en términos globales, un termómetro preciso: el mercado inmobiliario remonta, pero a una velocidad sustancialmente distinta a la que empujaba a la actividad hace tan sólo una década, cuando se vendían más de 50.000 pisos por temporada y se construían 45.000 referencias por ejercicio.

Otro tanto se puede decir de la caída de la obra pública. Las administraciones han perdido fuerza a la hora de financiar proyectos, reduciendo su aportación anual en la provincia de los 1.500 millones de 2006 a los 142 actuales. López cree que ha llegado el momento de que los poderes públicos hagan un esfuerzo y aumenten el caudal. Especialmente, por lo que representa en términos de recuperación del empleo. Y más en un ejercicio que ha estado lastrado por la parálisis de la política y la falta de un Gobierno estable y con capacidad para dotar al sector de seguridad jurídica.

El responsable de la ACP, que estuvo acompañado de María García Díaz y Miguel Rebollo, también de la asociación, hizo un llamamiento para que los partidos pongan fin a este «larguísimo» desajuste electoral, que ha resultado muy dañino para los intereses de la construcción. Sobre todo, por la falta de dirección legislativa. En este punto, López hizo inventario de los problemas ocasionados en los últimos meses por la complejidad del momento político. Desde la anulación del PGOU de Marbella a la entrada en los ayuntamientos de los nuevos partidos, que ha hecho, según los constructores, que muchos proyectos ya aprobados se vean súbitamente desalojados de las previsiones administrativas.

El presidente del colectivo fue también muy crítico con el Gobierno andaluz del bipartito y el extinto pacto del PSOE con IU, que, en su opinión, se tradujo en consecuencias «nefastas» para los empresarios como la aprobación de la ley de protección del litoral, bastante restrictiva en cuanto a la catalogación de espacios compatibles con la vivienda. López denunció además el regreso, por parte de algunas administraciones, a los impagos, poniendo como ejemplo a la Junta, que adeuda más de 150 millones de euros a los promotores. Y sin asumir el compromiso de publicar sus cuentas mediante la facturación electrónica.

La recuperación del mercado inmobiliario se centra en la demanda exterior y en las llamadas construcciones unifamiliares, que ganan por goleada a las promociones, con un porcentaje de dominio en la provincia del 86 por ciento. López pide a los gobiernos que abandonen los «pliegos creativos» y ajusten sus concursos a perspectivas de contrato realistas.