Si usted ha leído El Hotel del Inglés, de las escritoras malagueñas Carmen Enciso y Eloísa Navas, sabrá del gran talento del que ambas hicieron gala para recrear, con precisión y respeto al pasado, las vivencias de Sir George Langworthy y del Hotel San Clara, ambos pioneros del turismo en la Costa del Sol y en Torremolinos. Ahora, estas autoras, que cosecharon un gran éxito con su primera novela, vuelven a la carga con un monumental trabajo de ficción, Miramar, una obra en la que narran la historia del mítico hotel malagueño, símbolo de una época para la alta sociedad local y que forma parte, a su vez, de cuatro décadas del siglo XX en la capital.

El lanzamiento de su nueva novela se produjo el viernes en la Sociedad Económica de Amigos del País, a apenas unas semanas de que el gran hotel reabra sus puertas. «Cuando hicimos El Hotel del Inglés, vimos que muchas cosas ocurrían en el Hotel Miramar y, antes de terminar la primera novela, en 2012 ó 2013, ya habíamos pensado en hacer una segunda parte y uno de los hoteles que barajamos fue éste. Entonces estaban paradas las obras, pero cuando supimos que empezaban a andar nos dijimos que habíamos acertado», dice Carmen Enciso, que también es abogada y mediadora.

«En un principio, al componer El Hotel del Inglés, quisimos probar si podíamos hacer la estructura a cuatro manos, y pensamos en hacer una trilogía de hoteles, porque son sitios en los que entra y sale mucha gente y pueden ocurrir muchas historias. El tercero ya lo sabemos, pero lo dejamos aparcado para ponernos con algunos proyectos personales», dice Eloísa Navas, que es asesora fiscal.

«La novela transcurre en Málaga y comienza en 1926, cuando se inaugura el entonces Hotel Príncipe de Asturias, y acaba con el cierre, en 1967. Recorre la historia de Málaga durante todos esos años a través de las vidas de dos personas de distinta clase social, Mercedes y Trini, relacionadas ambas, claro, con el establecimiento», añade Enciso, mientras que Navas asegura que en su obra se reflejan las dos Málagas de entonces y es muy «protagonista el Guadalmedina como división de la Málaga pudiente y la de los barrios. Cada personaje vive a un lado del río y coinciden en el Hotel Miramar».

Otra vez, la documentación ha sido vital para estas escritoras, que se han pateado los archivos en busca de documentos inéditos y han leído decenas de libros, sobre todo relacionados con la Guerra Civil en Málaga, para que su novela sea fiel a la historia. «La documentación es fundamental y en la ambientación recreamos mucho de la historia de Málaga», dice Enciso, a lo que Navas agrega: «Tenemos un exceso de documentación y eso no siempre es bueno, porque sólo es un 10% de ese material el que hemos puesto en el libro».

¿Qué les ha sorprendido más al repasar los documentos? «Cuando se cierra el hotel es cuando nacemos nosotras, y en la documentación he visto muchas cosas que me contaban mi padre y mi abuela», señala Enciso, mientras que para Navas lo más sobrecogedor «fue la época de la Guerra Civil, me ha dejado muy impresionada. Hemos hablado con mucha gente mayor que vivió la contienda y conoció el Miramar en la época, cuando fue hospital de sangre. También hemos hablado con mucha gente de los dos lados del río». Carmen Enciso destaca que de la época anterior a la guerra no queda prácticamente nadie vivo, sólo los descendientes de los clientes, extrabajadores y médicos o enfermeros que pasaron por allí, aunque sí viven aún muchos de los protagonistas de la postguerra.

«Ten en cuenta que se trata de un edificio emblemático, en el que se celebraban los bailes de carnaval o de la prensa, muchas bodas de la alta sociedad, la entrega de trofeos del premio del tiro de pichón o banquetes de reuniones políticas», apunta Navas, al tiempo que Enciso destaca: «Era un lugar obligado de paso para los artistas y los toreros. A muchos de estos últimos los llevaban a hombros desde La Malagueta al Miramar. Por ejemplo, en el mítico mano a mano entre Ordóñez y Dominguín, ambos se vistieron en el hotel». Estas dos escritoras recuerdan que muchos de los apellidos ilustres de la ciudad de entonces siguen existiendo hoy. «Quedan muchos malagueños que se casaron allí o que vivieron por temporadas, algo que era habitual», esgrimen al unísono.

Por ejemplo, por el recordado hotel pasaron, ya en la segunda época, artistas de la talla de Liz Taylor, David Niven o Ava Gardner. Son los años 50 y, antes de que Torremolinos eclosione con la inauguración del Pez Espada, Málaga es el refugio para estos actores de talla mundial y el Miramar, su hotel preferido en la entonces naciente Costa del Sol. A estos hay que sumar a Lola Flores, Carmen Sevilla y miembros de la realeza europea, sobre todo antes de que reinase Alfonso XIII. También recalaron en el hotel, según estas escritoras, Madame Curie o Manuel Azaña. Es imposible sustraerse a la magia que desprende este edificio, que también fue desde los 80 y hasta 2008 Palacio de Justicia. Pero, cuándo empieza el declive del hotel. Estas autoras lo tienen claro: a mediados de los 50, cuando despega Torremolinos.

Han tardado más de dos años en dar forma a esta novela, que ve la luz en la inquieta Ediciones del Genal y que el librero Pepe Guerrero califica como la mejor que ha leído de la Málaga del siglo XX. Tal vez estemos ante la gran novela de la ciudad y de su más querido y añorado hotel, que en unas semanas abrirá sus puertas.

Ha sido tanta la documentación recabada, tanto oral como escrita, que en los próximos meses estas escritoras lanzarán un libro en el que se narra la historia real del hotel. «Tenemos 60 fotografías, nos ha costado mucho, porque en el Archivo Histórico Municipal sólo hay dos», aclara Enciso, mientras que Navas reseña que han tenido que comprar muchas por internet, en su mayoría, de postales. Además, no hay ninguna de las instantáneas de la época que refleje cómo eran las habitaciones. Una parte del libro, explica Navas, transcurre en Tánger, porque muchos miembros de la alta sociedad malagueña emigraron allí para escapar de la Guerra Civil. Hoy, gracias a esta novela, los malagueños pueden conocer mejor una parte fundamental de su historia.