­Relevó a Fermín Parrondo en el cargo hace ya un año y medio y ha podido testar la situación sanitaria de la provincia en este tiempo, por lo que exige más medios y recursos, empezando por adecuar las plantillas de facultativos a las de antes de la crisis para hacer frente a la población malagueña que, recuerda, es mayor a la de los censos.

Lleva en el cargo un año y medio y desde 2010 como delegado luchando por una sanidad mejor. ¿Qué balance haría de todos estos años?

En estos años la sanidad ha ido hacia atrás con el tema de los recortes. Ya en 2008 y 2009 los gestores lo advertían, que la situación estaba difícil y que habría recortes y reajustes... Se perdieron continuidades asistenciales y las horas complementarias, cosas que se hacían y que se eliminaron para mantener a los eventuales. Hemos sufrido una debacle a nivel profesional, el palo más gordo fue la reducción de los profesionales al 75% y luego el resto de los recortes especialmente a los del grupo A, no ha sido un recorte lineal, ha sido sesgado. Además se han deteriorado las infraestructuras, no se ha renovado el material.

Salud advierte de una campaña en contra de la sanidad pública.

La Junta se ha quedado sola, no tiene ya argumentos, tienen la responsabilidad, para eso tienen las transferencias. Somos los últimos en todo y, a veces, como mucho, los penúltimos turnándonos con Huelva. Ellos son los últimos responsables de la situación. Dicen que usan el 6,3 del PIB, pero son 1.048 euros por habitante. Eso tenía que subir para tener la media nacional, presumen de que la media nacional es del 5,5 pero Extremadura para compensar y llegar a lo mismo destinó el 9,4 para equilibrar. Málaga tiene un problema, está por debajo de población que Sevilla pero tenemos población que no se cuenta, hay 400.000 habitantes más en Málaga no censados, no hablamos del turista que viene y va. Si la gente tiene que recurrir a la privada gastándose dinero en algo que ya paga con sus impuestos es porque lo que hay no es satisfactorio, somos la provincia con más camas privadas.

¿Se están politizando las críticas a la sanidad?

Es la única excusa que les queda. Estuve en la manifestación del 27 de noviembre, porque seré presidente del sindicato, pero ser malagueño no me lo va a quitar nadie. Estuve en la manifestación y había gente de todos los niveles, esto no es cuestión de política. Lo que ocurre es que hemos estado parados mucho tiempo y la crisis ha hecho que la herida en sanidad sea muy grande.

En 2017 abrirá el nuevo hospital de Ronda y recientemente lo hizo el del Guadalhorce. ¿Qué más infraestructuras reclaman?

Con Ronda sólo van a cerrar un hospital viejo para abrir uno nuevo, en recursos esa zona tiene dificultades para traer y llevar facultativos. El Guadalhorce tiene que abrir de forma completa, porque lo único nuevo es el personal de Urgencias, lo demás es personal del Clínico que se ha trasladado. En Estepona también hay un abandono de recursos, hay discusiones con el Ayuntamiento y hace años se llegó a liberar el dinero... Es una pena, solo pedimos que la plantilla esté como en 2008, no se han cubierto bajas, jubilaciones, bajas maternales... La población ha crecido y tenemos menos personal que hace ocho años.

¿Cuáles son, a su juicio, los principales problemas por los que atraviesa la sanidad?

Le faltan recursos, medios y sobre todo motivar a los profesionales que están muy desmotivados, no le ven salida a esta situación. Saben que si se van en verano tienen que asumir el trabajo sus compañeros, esto es cuestión de hacer un papel o una carpeta porque el paciente sigue viniendo, le da igual la fecha y el momento. Si se van once y se sustituye a cinco, el trabajo de esos seis se acumula y al final el profesional pierde el aliento y la confianza en su empresa. Falta planificar la situación.

Varios estudios advierten de que los sanitarios sufren el síndrome de Burnout, del quemado. ¿Se lo trasladan los profesionales?

Como todo hay distintos sitios y servicios. Todo depende del grupo de facultativos, pero la mayoría está desmotivado. No se sienten valorados o retribuidos para las responsabilidades que tienen. Pero ya depende de como se organice cada servicio, que funcione de manera adecuada o no. Antes veías cierto futuro como mejoras, nuevas técnicas... La cosa está más complicada, como en la Primaria, que lo único que reclama es tiempo suficiente para dar una atención digna al usuario, al final atenderlo bien solo evita problemas y gastos.

La Junta recuperó los contratos al 100 tras un tiempo al 75. ¿Cuáles cree que son las medidas más inmediatas que hacen falta?

Lo primero es adecuar las plantillas a las prestaciones que se tienen que dar. Por ponerte un ejemplo, en Atención Primaria en la Costa hacen falta setenta profesionales entre pediatras y facultativos, hay un exceso de cartilla en los centros de salud; en la capital hacen falta once. Al final, en cierta medida, obligan a que la gente se busque de otro modo una atención adecuada y mejor.

Últimamente han surgido varios movimientos que exigen una sanidad de calidad y hace dos semanas hubo una manifestación. Como profesional, ¿cree que de verdad la sanidad malagueña no tiene calidad?

Calidad tiene, todo es mejorable. Los profesionales están ahí, trabajando, pero la calidad también va unida a la cantidad de servicios para el déficit que tenemos ya histórico. La plataforma Placasama es apolítica, no hay nada detrás. Creo que no es bueno que salgan ni otras nuevas ni otros movimientos porque creo que esto nos mueve a todos, pedimos que den los recursos adecuados para Málaga. La Junta debe destinar más dinero, más PIB a sanidad y especialmente a Málaga para compensarla por los años atrasados.