Francisco de la Torre medita presentarse a las elecciones municipales de 2019. Le ha pasado a grandes deportistas y ahora al alcalde de Málaga. La retirada de la retirada. Alberto Contador echó sus mejores años sobre la bicicleta y para aliviarse de la posible decadencia escenificó su adiós. A los pocos meses, se encontraba escalando puertos de primera categoría. A De la Torre le ha pasado ahora lo mismo. Con el añadido de que ni tan siquiera le ha hecho falta estrenarse en la vida contemplativa para darse cuenta de que no es lo que realmente quiere. Este jueves cerró el círculo de una semana en la que ha rebobinado el tiempo. La foto fija vuelve a ser la de los primeros días de diciembre, antes de que Rosa Francia anunciara que su marido le había confesado que dejaría la política en 2019.

Los Hombres de Negro se ponían las gafas de sol y en acto solemne le borraban a uno la memoria. De la Torre aborda la restitución de la realidad con un continuo proceso de reflexión. Admitió ahora que está «meditando» sobre si presentarse de nuevo a las elecciones municipales o no. Sus planes para el futuro no obedecen a los de su propio partido ni van en paralelo. Es algo que vienen repitiendo en privado los que trabajan a diario con él, y que se confirmó ayer en un acto matutino organizado por CaixaBank.

Preguntado por si su retirada en 2019 era segura al cien por cien, De la Torre se retractó de su planteamiento expresado en diciembre, (forzado o no) y dejó claro que cabe la posibilidad de que vuelve a ser el candidato del PP a la alcaldía de Málaga. «Siempre las cosas se meditan, siempre hay que meditar todas las cuestiones», aseguró. Primero fue la salud. Ahora es apoyo popular de las calles. El cariño de la gente, lo que le motiva seguir adelante. No es casualidad y resultó descriptivo que el alcalde anunciara este proceso de reflexión en un acto en el que estaba prevista la asistencia del propio Elías Bendodo, pero del que éste se ausentó finalmente. Sin aparente motivo del que va más allá de evitar coincidir con De la Torre.

El presidente de la Diputación es el aspirante número uno a sucederle. De eso no hay duda. Ahí están sus últimas declaraciones, resaltando que lo que más le gusta es la política municipal. Se deduce que él mismo hace tiempo que se marcó su propio camino. Descartando dar el salto a la política regional y con el límite de dos mandatos autoimpuestos en la Diputación, la única vía por la que puede discurrir su futuro político se dirige al Ayuntamiento.

Con su decisión de no respaldarle, De la Torre lo ha puesto en un aprieto y está influyendo en la convivencia del propio partido. Lo aseguran fuentes del PP tanto fuera como dentro del propio equipo de gobierno en el Ayuntamiento.

Eso explica que se produzcan situaciones incómodas para ambos, cada vez que coinciden en algún acto. Las fotos en las que salen hablan por sí solas. Como en esos cuadros en los que las relaciones saltan a la vista por el hecho de que todo el mundo sabe lo que piensa el uno del otro. De la Torre ha dejado claro que no está dispuesto a ceder su espacio municipal. «No le va a dejar hueco ninguno», aseguran los que conocen al alcalde.

Bomba de relojería

De ahí a que con su decisión de abrirse de nuevo las puertas a la alcaldía, De la Torre haya vuelto a trucar los papeles. Ya no parece claro quién es el que se va y quién es el que se queda. Una historia de ida y vuelta a la que tampoco ayudó el intento de desplazar al alcalde al Congreso de los Diputados. En las pasadas elecciones generales de diciembre, Juanma Moreno y el propio Bendodo ofrecieron a De la Torre ir de número uno en las listas por Málaga.

A la postre, una estrategia que les ha causado más de un dolor de cabeza porque manifestó, por primera vez, las desavenencias entre la cúpula regional y provincial del partido con el propio De la Torre. Abundó Bendodo por la tarde en dejar de lado este asunto, señalando que «ya no da más de sí». Volvió a insistir en la primavera de 2018 como fecha marcada para elegir al candidato y se mostró convencido de que De la Torre «trabaja pensando en lo que es lo mejor para el futuro de Málaga».

De nuevo, Bendodo respondió a los desplantes del alcalde con halagos y corriendo el riesgo de profundizar en su propia ratonera. Han sido tantas las veces en las que tanto él como Moreno han puesto por las nubes la gestión del alcalde, que ahora están a la merced de su voluntad. Si el «mejor alcalde de la historia de Málaga» decide seguir en los ruedos más allá de 2019, sería difícil justificar que desde el partido se le cortaran las alas.

El debate de sucesión está en la calle. Por más que Bendodo quiera dar carpetazo, el único que le puede poner fin al asunto es el alcalde. Si no, habrá una extraña bicefalia que puede acabar por perjudicar a ambos. De la Torre se escuda en la calle. Mucha gente le habría pedido que se vuelva a presentar.

El clamor popular puede ser engañoso y si no que se lo pregunten a Pedro Rodríguez. «El día que no me presente en Huelva, el PP lo tendrá complicado», dijo después de ejercer como alcalde durante más de 20 años. Desoyó a su partido en 2015 y ahora gobierna el PSOE. Es decir, el mismo adversario.

Lucha interna

Francisco Conejo no dejó pasar la oportunidad de comentar lo que considera una «lucha interna por el poder» dentro del PP. Acusó a Bendodo de querer entrar por la puerta de atrás» a la alcaldía y señaló que ha sido «desautorizado».