La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, firmó ayer en el número 10 de Downing Street la carta que da inicio a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). ¿Qué tiene que ver una simple rúbrica en un documento político con la Costa del Sol? Pues aunque no lo parezca, mucho. Tal vez demasiado, porque Málaga es la segunda provincia con más residentes británicos sólo por detrás de Alicante, en torno a 56.000; en 2016 visitaron el destino más de 2,8 millones de nacionales de ese país y las exportaciones el pasado año fueron de 82,4 millones de euros.

Es decir, hay tanta interdependencia que el brexit ha generado incertidumbre, en unos cuantos, y miedo en la mayoría: economistas, residentes, abogados, hosteleros y hoteleros, restauradores, sindicalistas, todos temen que Málaga salga perdiendo si el Reino Unido culmina en dos años un adiós que lleva anunciando décadas, desde que ingresó el club de Bruselas en 1973 pero que sólo se tornó más serio tras el referéndum del año pasado.

Los políticos se afanan por minimizar esa sensación de desazón que ha seguido al anuncio de la marcha de los británicos de la UE, pero entre los residentes la preocupación es tal que en los últimos días han aumentado los empadronamientos en los municipios en los que habitan muchos ingleses y, además, lo mismo ha ocurrido con la matriculación de coches. La clave, como siempre, es económica: cuando se conoció la decisión del pueblo británico de abandonar la UE, la libra bajó y dejó a los ingleses con una menor capacidad adquisitiva. Eso quiere decir menos dinero para gastar si se viene de visita, comprar casas más baratas y pedirnos menos productos. Aunque el discurso oficial, desde luego, es otro.

El vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios, pidió ayer al Gobierno que sea «diligente» a la hora de crear una estrategia que despeje dudas e incertidumbres. La Junta, de hecho, creó un grupo de trabajo entre consejerías hace ocho meses y redactó un documento que contempla una serie de medidas para intentar, en la medida de lo posible, «minimizar los impactos del brexit, y también para aprovechar las oportunidades que se deriven de esta salida». Eso sí, reconoció que se ha producido «un incremento en las peticiones de empadronamiento y nacionalidad española por parte de muchos de esos británicos residentes en Andalucía».

Málaga es la segunda provincia con más residentes británicos, más de 56.000, de forma que otros 20.000 viven en la Costa del Sol sin estar registrados o pasan largas temporadas en el litoral.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Residentes Extranjeros en la Costa del Sol, Ricardo Bocanegra, cree que la clave en este sentido es la cláusula retroactiva, es decir, si se aplica transformaría súbitamente el régimen legal en el que se mueven los residentes. Si la separación es a rajatabla, los inversores, muchos de ellos, se quedarían despojados de los derechos de los que hoy disfrutan, lo que afectaría a su libre circulación, permisos de trabajo y residencia, o a algo tan básico como la atención sanitaria. Habrá que ver si la salida es blanda o dura; si se da el primer escenario, el Gobierno podría, en unión con Bruselas, prolongar legalmente los derechos de los que disfrutan los ingleses en el país; si se da la segunda, el futuro es un poco más oscuro.

En 2016, por ejemplo, un tercio de las compras de viviendas en Málaga fue realizado por extranjeros, con los británicos a la cabeza, que se hicieron con 2.267 casas, la mayoría en el litoral, aunque hay cierta preocupación entre los constructores y promotores por que la compraventa de inmuebles baje por el brexit.

En cuanto al turismo, en 2016 visitaron la Costa del Sol en torno a 2,8 millones de turistas y en 2017 se espera que lo hagan más de tres millones, lo que da una idea de la fuerte presencia que tiene el destino en la mente de los ingleses. Turismo Costa del Sol, de cualquier forma, cree que el brexit no es una amenaza. El director general de la entidad, Arturo Bernal, dice que hasta ahora el efecto no es que haya sido «nulo, sino que además se puede afirmar que nunca se habían obtenido unos crecimientos tan acelerados de un mercado consolidado como lo ha hecho el británico al cierre de 2016». «Las cifras que arroja el mercado británico en hoteles y apartamentos turísticos de la provincia son de un crecimiento significativo», dijo, aludiendo a incrementos del 13,1% en viajeros y del 11,7% en pernoctaciones.

La llegada de turistas británicos por el aeropuerto subió el pasado ejercicio un 17,1%. Tampoco se notará esto en 2017, puesto que unos 3,5 millones de asientos de avión serán ofertados desde el Reino Unido a la Costa, lo que supone un 15% más de los ofertados en el año anterior. Londres aporta uno de cada tres viajeros. Otros aeropuertos también experimentarán llamativos ascensos en oferta de plazas, como ocurre con el de Belfast, en Gales (31%), Glasgow, en Escocia (29%) o el de Birmingham, en Inglaterra (28%).

¿Cuál es el problema con el turismo, si el potencial de llegadas es enorme? Pues la libra. Ayer, por ejemplo, el consejero de Turismo, Francisco Javier Fernández, confió en que el turismo británico se mantenga, pero pidió prudencia y dio en el clavo al pronosticar que todo depende de cómo se consume el divorcio y cómo evolucione la libra en relación con el euro. Si los ingleses pierden poder adquisitivo, es de cajón, gastarán menos en Málaga, dormirán en hoteles más baratos y comprarán menos productos y casas.

En cuanto al intercambio comercial entre la Costa del Sol y el Reino Unido, la provincia exportó en 2016 productos por valor de 82,4 millones de euros, más que en 2015, cuando esa cifra se situó en 80,6 millones de euros. El grueso de este flujo son productos agroalimentarios (aguacate o aceite, por ejemplo).

Otra vertiente es la empresarial, de hecho la capital se ha postulado ya como ciudad de negocios para las empresas anglosajonas: la consultora Gartner ha incluido a la urbe en su lista de 100 ciudades más atractivas para ubicar una empresa. Además, en los últimos años se han instalado seis empresas británicas aquí creando 200 empleos: Sequel, Sun Agile Software, Ebury, Circulo Payments, ITRS y Stanton Fisher.

En cuanto a la repercusión en los ayuntamientos malagueños que mayor presencia de residentes británicos tienen en sus términos, la mayoría ha puesto en marcha diferentes tipos de campañas de empadronamiento. De momento no hay cifras. Pero Mijas sostiene que ha incrementado en varios cientos el número de británicos en su padrón municipal. No obstante, también hay residentes que han puesto ya camino de vuelta a sus islas.