La salida a Bolsa de Unicaja Banco, una idea que comenzó a manejarse en el año 2013 durante el proceso de compra de la antigua Caja España Duero (Ceiss), podría ser al fin una realidad el próximo mes de julio. La entidad malagueña ha decidido aprovechar la ventana de oportunidad que ofrecen actualmente los mercados de inversión, por lo que comunicó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a través del preceptivo documento que se utiliza en estos casos, su intención de salir a cotizar (intention to float, ITF en inglés). Se abre ahora un periodo que durará en torno a un mes y que debe terminar con su debut en el parqué. Según explicaron fuentes del sector, el objetivo de entrada es que el toque de campana se produzca antes del 15 de julio, ya que las fechas posteriores del verano son ya consideradas por los inversores «periodo inhábil», lo que obligaría a esperar a septiembre.

El proceso de salida a Bolsa, como ya se sabía, se realizará a través de una oferta de suscripción de 625 millones de nuevas acciones dirigida a inversores institucionales que equivaldrán al 40,4% del capital social de la entidad y que se realizará en las Bolsas de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia. Unicaja también ha anunciado su intención de solicitar la admisión a negociación de sus acciones en las bolsas de valores españolas y en el Mercado Continuo.

El capital social de Unicaja es ahora de 922,8 millones de euros y tras la ampliación se acercará a los 1.550 millones. Adicionalmente, Unicaja se reserva la posibilidad de emitir otros 62,5 millones de acciones adicionales para cubrir una posible sobresuscripción en la oferta. Con la salida a Bolsa, el peso del principal accionista del banco, la Fundación Bancaria Unicaja, bajará del 86,7% al 51,7%.Un precio por determinar

El precio al que saldrán las nuevas acciones no está aún fijado (su valor se determinará a lo largo de este mes a partir de las conversaciones con los inversores interesados) aunque lógicamente la entidad tratará de que sea el más alto posible con las actuales circunstancias del mercado. Las acciones tienen un valor nominal de un euro cada una pero, como es normal, se aplicará una prima de emisión. Unicaja utilizará lo que recaude por un lado, a devolver al FROB los 604 millones de euros en ayudas públicas que Ceiss recibió en su momento (las obligaciones convertibles contingentes conocidas como cocos) y también a financiar la compra del 21% que el FROB mantiene en esa entidad, con un valor de 62 millones de euros. El resto de lo que obtenga se destinará a reforzar la posición de capital y para fines corporativos generales, según detalló Unicaja.

En las dos primeras semanas del mes inaugurado por la presentación de la ITF, el sindicato de bancos colocadores (las entidades designadas por Unicaja para asesorarla en la operaciones) visitarán formalmente a los potenciales inversores por todo el mundo para presentarles el estado de la entidad. En esas fechas Unicaja también tendrá que emitir el folleto con los detalles de la oferta.

En las dos semanas siguientes, será el propio banco el que los visite para determinar cuánto capital estaría dispuesto cada uno a invertir en la compra de acciones y con qué prima de emisión. Con esa información se elaborará el conocido como book building, donde se recogerán todas las ofertas. A partir del análisis de esa lista Unicaja deberá determinar el precio que pedirá por sus acciones a los inversores (el mismo para todos). Si todo va como se espera las acciones se colocarán y al día siguiente, una vez concluido el mes, se produciría el debut. Desde ese momento, las acciones de Unicaja podrían ya venderse libremente en el mercado (también a particulares) como los de una cotizada más.

En círculos del mercado se viene comentando que Unicaja, cuyo valor contable en libros ronda los 3.000 millones de euros, busca con el momento elegido para salir a Bolsa situarse en la banda media-alta del sector en valoración.

Un «hito» para Unicaja

Según señaló ayer la propia entidad, esta nueva etapa dará continuidad a la labor realizada hasta la fecha, caracterizada por «la gestión prudente y por haberse mantenido como entidad financiera independiente, y reforzará su crecimiento a medio y largo plazo». Unicaja Banco cree que esta nueva situación proporcionará un mejor acceso a los mercados de capitales (incluido los instrumentos de deuda), lo que podría facilitar la obtención de financiación a menor coste y proporcionará liquidez a los actuales accionistas minoritarios.

El presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, indicó que la entidad «avanza hoy hacia su futuro como grupo financiero cotizado». «Un hito histórico que esperamos conseguir próximamente gracias a la gestión prudente que Unicaja Banco ha realizado a lo largo de los años», subrayó. Asimismo, precisó que Unicaja Banco «disfrutará de una base accionarial más diversificada, impulsando el desarrollo de las mejores prácticas de buen gobierno basada en una gestión responsable, ética y transparente».

El salto al parqué reforzará sin duda el papel del equipo de gestión de la entidad, que ha resistido la época más dura del sector sin haber sido absorbida por un banco más grande y habiendo crecido en dimensión con la compra de Ceiss. Unicaja es, además, la única de las antiguas cajas andaluzas que mantiene su sede en la comunidad.

Unicaja cuenta con 56.000 millones de euros de activos a 31 de marzo de 2017, junto a 1.259 sucursales y más de 3,1 millones de clientes. El 82% de sus oficinas está en sus regiones de origen (Andalucía y Castilla y León) donde cuenta con importantes cuotas de mercado. En 2016 y en los tres primeros meses de 2017, ha registrado un beneficio neto atribuible a sus accionistas igual a 142,1 millones de euros y 52 millones respectivamente.