Sensatez, audacia y mucho diálogo. Estos son los principales ingredientes con los que Podemos Málaga quiere afrontar los próximos meses. Ingredientes necesarios para la construcción de un amplio bloque de izquierdas que acabe germinando en una única coalición electoral que se presente a las próximas elecciones locales en la capital. El líder del partido en Málaga, Alberto Montero, planteó ayer en la sede del partido una suerte de hoja de ruta para los meses que quedan de ahora hasta mayo de 2019, y sugirió que su formación opta a impulsar esta alianza política de cara al objetivo mayor: desbancar al PP del Ayuntamiento y gobernar la principal ciudad de la provincia.

En los momentos que se encuentran los populares, sin resolver una hipotética sucesión de Francisco de la Torre, aseguró el secretario general de Podemos que su formación «quiere construir un proyecto que lidere el cambio en Málaga». La falta de concreción a estas alturas y el compromiso de someter cualquier decisión nominal a un proceso de primarias hace prácticamente imposible atisbar nombres, aunque, de entrada, Montero no se descartó como posible candidato a la alcaldía de Málaga, y dejó claro que «sería un honor».

El tiempo es un bien preciado y en Podemos Málaga consideran que ya va siendo hora si se quiere fraguar una alianza que trascienda a la propia marca. Dejando fuera de los cálculos al PSOE, Montero desea conectar con agentes sociales y fuerzas políticas que están en sintonía ideológica, y que defienden un modelo de ciudad que no se base exclusivamente en el «monocultivo del turismo». Como punto de enganche, el líder morado habló de la necesidad de encontrar un «mínimo denominador común», cuya búsqueda va a desencadenar en una inminente ronda de contactos en la que no se «quiere dejar a nadie atrás».

Si la teoría no ofrece dudas, la realidad, sin embargo, modula los anhelos. Resulta innegable que cualquier acercamiento a Málaga Ahora, está condicionado, de entrada, por la traumática relación que existe entre Ysabel Torralbo y Juan José Espinosa. Aunque sobre el papel Espinosa figura como edil independiente, la mimetización con la formación morada es absoluta. De hecho, Montero habló de «nuestro concejal» para introducir a Espinosa, también presente en la comparecencia de ayer.

Evitar la fragmentación

La hipótesis de que gobernar en Málaga es posible si no existe una fragmentación del voto, debería ser, según Montero, sin embargo, motivación suficiente para sortear las dificultades. Dificultades que, sin lugar a dudas, surgirán por el camino. Sin ir más lejos, el pasado reciente aún está muy presente. En 2015 se intentó cultivar la alianza de Ganemos sobre un terreno similar al de ahora, y que, a la postre, demostró ser baldío. «Todas las fuerzas políticas de Málaga han hecho un proceso de reflexión acerca del error que aquello supuso. Por lo tanto, entiendo que no está en la voluntad de nadie que aquello se repita», precisó Montero.

No se repetirá, eso se deduce de las palabras de Montero, la fórmula de Unidos Podemos en Málaga. «IU es un socio preferente, pero no prioritario», dijo al respecto, añadiendo que hay que «tratar al resto de movimientos con el mismo respeto».