Ya quisieran muchos clubes de fútbol profesional contar con la plantilla del Club AMDDA, iniciales de Andaluces y Malagueños por la Diversidad y el Deporte Adaptado, pues dos de sus miembros, Alan Flores e Isaías Pacheco, acaban de jugar el pasado mes de septiembre el Mundial de Fútbol 7 en Argentina, con la Selección Española de paralíticos cerebrales.

No se queda atrás en el currículum David Jiménez, presidente del club y jugador, que participó con España en las Paraolimpiadas de Atlanta y Sidney, y en la primera de ellas consiguió una medalla de bronce. Por cierto que durante los 12 años que ha estado en la selección ha sido el único representante de Andalucía.

Ahora que acaba de finalizar la Semana de la Discapacidad, los jugadores del club malagueño, que en la temporada pasada se convirtieron en el primer club andaluz en jugar la liga nacional de fútbol 7 para paralíticos cerebrales, quieren que las administraciones les traten como deportistas. «Queremos reivindicarnos como deportistas, por eso el deporte tiene que estar en el Área de Deportes, y no en el de Accesibilidad; para que me encasillen me quedo en mi casa más tranquilo», subraya David Jiménez.

Los integrantes del club cuentan que, cuando se dirigen al Ayuntamiento de Málaga, en lugar de en el Área de Deportes, le pasan al Área de Accesibilidad. «No queremos que nos encasillen como discapacitados, si lo que persiguen los políticos es la inclusión, que nos traten como deportistas», recalca.

Los 11 futbolistas del Club AMDDA, con edades entre los 15 y los 40 años, jugarán a partir de enero la segunda temporada de la liga nacional de fútbol 7 para paralíticos cerebrales. Cada equipo cuenta con jugadores divididos por clases de la 5ª a la 8ª, según el grado de afectación.

Como explica Alan Flores, la liga se divide en cuatro jornadas que se juegan en Barcelona, Valencia, Cáceres y Málaga y en cada una de ellas, durante un fin de semana se juegan tres partidos -semifinales y final aparte-. «Los partidos se concentran porque hay muchos gastos», subraya, y pone de ejemplo que tuvieron que desplazarse hasta Barcelona en una furgoneta, por falta de dinero. «Fueron 11 0 12 horas de viaje».

Con respecto a ayudas, el club cuenta con la colaboración de los comercios, pizzería La Piccolina, DK Sports y Óptica Galiana, pero de momento no han conseguido ninguna por parte de la Junta ni del Ayuntamiento de Málaga. Eso sí, cuentan con la promesa de 3.000 euros de la Diputación de Málaga, cuando termine la temporada.

La bandera de Málaga

«No pedimos nada desorbitado, llevamos la bandera de Málaga con mucho orgullo a todas partes», subraya Alan.

A su lado está Isaías Pacheco, que como su compañero tiene muy reciente la participación en el Mundial de Argentina, en el que debutaron con Brasil, llegaron a la prórroga con Venezuela y a los penaltis con Japón, entre otros encuentros, y aunque la clasificación no fue buena, se lleva «una experiencia muy bonita».

Los futbolistas entrenan todas las semanas en el campo de Portada Alta y en el que amablemente les cede el Colegio Europa, «aunque ninguno de nosotros hemos estudiado allí», recalca.

En cuanto a la temporada pasada, el equipo quedó en sexto, lugar, con la hazaña de jugar las dos primeras jornadas con uno y dos jugadores menos, respectivamente, «y aún así les ganamos», comenta Alan.

Como hubo equipos que, ante la falta de jugadores, decidieron no jugar, el club AMDDA recibió al final de la competición el trofeo al juego limpio.

Con vistas a esta temporada, el sueño está claro: «Ojalá que la última jornada sea en Málaga, lleguemos con posibilidades y podamos levantar el trofeo en nuestra ciudad», apunta Alan.

Eso sí, aclara el malagueño, «dentro de nuestras posibilidades, queremos ser lo más profesionales posibles». Para ellos, esa sería la verdadera integración de los discapacitados.