Un total de 43 detenidos. Ese es el saldo final de arrestados en la operación policial contra la red de Sito Miñanco, una de estructuras narco-criminales más potentes a nivel mundial y la más poderosa, por tanto, de Europa, tal y como señala la Policía Nacional. Los números son de gran magnitud: los agentes se han incautado de cinco toneladas de estupefacientes intervenidos y de bienes e inmuebles valorados en más de 15 millones de euros. Asimismo, se han bloqueado 171 domicilios, cinco barcos y 139 cuentas bancarias y otros productos financieros.

La operación Mito se inició tras detectar la presencia en la localidad malagueña de Marbella, tal y como adelantó ayer La Opinión de Málaga, del conocido narcotraficante gallego junto a otros miembros históricos de su organización. Han sido veinte meses de pesquisas en los que los agentes de la Udyco han podido comprobar cómo Miñanco, de 62 años y con residencia fijada en Algeciras, mantenía su principal infraestructura en Pontevedra, su lugar de nacimiento, aunque la labor delictiva de dirección y organización de su banda criminal la desarrollaba fundamentalmente en el sur de España, entre Marbella y la localidad gaditana.

En esta última etapa de su carrera criminal se ha asociado a organizaciones criminales búlgaras, turcas y holandesas. Según informó la policía en un comunicado ayer, Miñanco poseía una extensa red de colaboradores españoles de su máxima confianza que conformaban la organización dedicada al tráfico de drogas más poderosa de Europa.

Teléfonos encriptados

En la investigación se han constatado las numerosas medidas de seguridad adoptadas por los integrantes de la organización. Usaban terminales encriptados para comunicarse e, incluso, se desplazaban por toda la geografía española para entrevistarse personalmente con el principal detenido y seguir sus órdenes de manera directa. Con todo ello, evitaban ser detectados por los investigadores y dificultar y eludir el estrecho cerco al que los sometieron tanto los agentes como los jueces y fiscales.

Personas de confianza del capo gallego, sus lugartenientes, eran los encargados de coordinar la logística y el transporte de la droga desde Pontevedra. En Madrid, la red criminal estaba formada por españoles y colombianos que transportaban el dinero en metálico o de sustancias estupefacientes mediante el uso de vehículos con compartimento oculto tipo «caleta».

También gestionaban desde Madrid la recepción del dinero de la organización procedente del tráfico de drogas para su envío a Colombia por otras personas, las conocidas mulas. En el operativo contra la estructura en esta región, un agente del Grupo Especial de Operaciones (GEO) fue herido por un disparo de bala en el hombro y otro sufrió contusiones leves tras recibir varios impactos en su chaleco antibala. Los agentes hirieron al presunto narco, que abrió fuego en una galería de tiro de Alpedrete.

Varias son las incautaciones de droga que se relacionan con la banda. En enero de 2017, el GEO interceptó un mercante en alta mar e intervino 3,8 toneladas de cocaína; después, otros 616 kilos de esta sustancia eran incautados en un contenedor de La Haya, en Holanda. Además, se han interceptado grandes cantidades de dinero que trataban de sanear estas caídas de droga. Todas estas aprehensiones se han relacionado con la organización gracias a la cooperación internacional.

Tras conocer la interceptación del referido mercante con los 3.800 kilogramos de droga y para evitar ser descubierto, el responsable del grupo ordenó hundir las planeadoras que esperaban para realizar el trasvase de la mercancía en alta mar y cuyo valor asciende a varios millones de euros.

La red blanqueaba el dinero a través de unos astilleros gallegos, además de tener así acceso al puerto y controlar la llegada de droga. El capo gallego también lideraba varios negocios a través de los cuales introducía el dinero negro en el circuito legal: por ejemplo, usaba sociedades para elaborar contratos y facturas ad hoc, justificando documentalmente la llegada de líquido de génesis dudosa.

Además, la organización disponía de una estructura societaria instrumental para titular inmuebles que habían sido comprados con dinero negro, así como también movían dinero en efectivo mediante correos humanos, usaban locutorios para enviar el «cash» o compraban casas con líquido legal.