Supongamos que los padres agrupados en la APA (Asociación de Padres de Alumnos) de un colegio privado no subvencionado ni concertado, trilingüe con profesores nativos, convoca a los padres de los alumnos de bachillerato a una reunión en la que un acreditado orientador, master por una Universidad inglesa en Gradación Orientadora del Futuro de los Educandos, expondrá a los padres de las opciones que tienen sus hijos una vez que aprueben, con nota suficiente, notable, sobresaliente o matrícula al final de curso vigente.

Para no caer en estúpidas matizaciones de género, en la APA tienen también cabida las madres, las abuelas y tutores y tutoras de los alumnos y alumnas, porque se da por descontado que en el colegio se ha enseñado que en la gramática española se sobreentiende que no hay que usar los dos géneros. Con decir o escribir alumnos o padres es suficiente.

Mientras los convocados -padres, abuelos y tutores- aguardan la llegada del orientador, se establecen conexiones y diálogos entre los miembros de la casta que tienen en común la posibilidad de costear sin agobios a fin de mes el coste de la enseñanza, la educación, los extras, los regalos, los viajes de estudio, los uniformes y prendas deportivas, la asistencia médica, el wifi, el móvil de última generación y que le han traído directamente de New York el día de la presentación en el Waldorf Astoria de la Quinta Avenida que, además de todo lo tienen los móviles al uso, es capaz de informar lo que tiene en su mente a punto de anunciar el presidente Donald Trump.

Como casi todos se conocían de reuniones anteriores, se formaron varios grupos y el diálogo entre unos otros se generalizó de forma natural. Todos tenían en común la preocupación de sus hijos ante a su seguro ingreso a la Universidad el año próximo.

En uno de los corros, una empingorotada señora ataviada con un traje de Chistian Dior, pendientes de Louis Vuitton y zapatos Manolos (el preferido por las starlets de Hollywood), expresó lo que deseaba para su hijo. Dijo que quería que fuera coach de gente de la jet society.

Tenía figura, talento y condiciones para triunfar en una de las opciones más demandadas y de más futuro. La que estaba a su lado, que exhalaba aroma de Shiseido, respetando la opinión de su amiga, que tenía un coqueto chalé junto al de Julio Iglesias en Benahavis, manifestó sus deseos con respecto al futuro de Thomas: Como es tan alto como Gasol, dijo, creo que tiene porvenir en el basket. Mide diez pulgadas y todavía tiene que crecer más. El marido, que lucía una vistosa corbata de Giorgio Armani y que comunicó a sus amigos que acababa de adquirir un play list en Rochebobois, fue más práctico: «Quiero que se matricule en teleco y al mismo tiempo fiche como killer en el Barcelona o Madrid».

Casting, overbooking, pashmina€

En otro grupo, formado por cinco o seis apaperos, uno se inclinó por la elección de una actividad que sorprendió a los presentes: un agencia de casting, porque todas las productoras de películas y series de televisión acuden a las agencias de casting para seleccionar actores, actrices, figurantes y especialistas. «Yo deseo -dijo otra- que mi hija se incline por el mundo de la fashion». Y, mirando el reloj Rolex se quejó ante la tardanza del orientador. Tenía prisa porque tenía invitados en su bungalow de Marbella y que su descendiente tenía facultades para erigirse en el mejor disc-jockey de España; otro matrimonio coincidió en la queja porque tenía citado al chofer (negro) para llevarle en el Lamborghini a una reunión del grupo Málaga Networking.

«Este weekend lo vamos a pasar mi marido y yo, opinó otra pija que se había sometido a un lifting en un centro que frecuenta semanalmente para clases de bodyattack, en la mansión del rey de la panna cotta, un delicious dessert que solo los cheff de cinco estrellas Michelin saben preparar.

La conversación se generalizó y se cruzaron comentarios sobre los temas más variados: que en la espera por culpa de un overbooking en un vuelo low cost se había comprado en la Duty-Free del aeropuerto de Heathrow de London unos panties iguales a los que lucía Nicole Kidman en su última película; que en un restaurante con un ambiente muy cool había tomado un steak como no había comido jamás€ Y que su marido había estado en un pub a tomar un cocktail donde las camareras estaban en topless y conoció a un gay que diseñaba slips de una calidad extra, a doscientas libras la unidad.

Otra señora que por su aspecto debía ser abuela de uno de los alumnos, mostró muy orgullosa una pashmina que era una preciosidad y que había adquirido en una boutique de Puerto Banús. La señora que estaba al lado, le dijo al oído a su marido que olía a colonia Antonio Banderas, que una pashmina igual a la que lucía la cursi dama, la vendían en un chino cerca de su casa a tres euros.

La señora que llevaba la voz cantante en otro corro presumió del lifting que le había hecho una make-up, que trabajaba en unos estudios cinematográficos. El marido era estilista y su hija era script.

Afortunadamente para la sociedad, la relación de profesiones manejadas en la charla, utilizando una expresión muy extendida, cubría un amplio espectro, por lo que se aseguraba un futuro inmediato ante la demanda de la sociedad.

Clinic Barking Five

La que sorprendió a la concurrencia fue la intervención de otra señora a Miss Dior, eau de perfum.

«Mi hija va a estudiar veterinaria, rama dog, en una universidad de Newcastle o Southampton, porque mi marido y yo tenemos en proyecto comprar un chalé en la milla de Marbella para montar la Clinic Barking Five, o sea, Clínica Cinco Ladridos solo para perros con pedigree. Por lo menos diez generaciones, como los ocho apellidos vascos. El chalé es de un inglés que parece que con el brexit va a volver a Inglaterra. Quiere cinco millones de euros por la propiedad; mi marido está dispuesto a pagar cuatro millones».

Ninguno de los presentes se atrevió a preguntar algo sobre el insólito proyecto. La señora siguió con el rollo:

«Ya tenemos un logopeda con master no recuerdo en qué universidad que enseñará a los perros a ladrar en los idiomas más importantes, porque los perros ingleses no ladran como los españoles que se identifican con el clásico guau-guau; ellos ladran «wolf-woof.

«En la Clinic Barking Five tendremos un estilista para cuidar el pelo, un nutricionista o dieteista para menús personificados, una matrona para cuando vayan a parir las hembras, un nido para las crías prematuras€

En ese momento álgido de la perorata hizo su aparición en el salón de actos del colegio el orientador que iba a exponer a la selecta y rica audiencia las múltiples posibilidades que se abrían para los alumnos del centro al final del curso que estaba en pleno desarrollo.

Profesión del futuro: la política

Uno de los padres asistentes se retiró del grupo para, con otro padre al que conocía de reuniones en sesiones de management y marketing, expresó los planes que tenía para su hijo: mira, Francisco, yo lo que quiero es que mi hijo se haga político. El intelocutor, conocedor de las carreras que se pueden estudiar en las univesidades españolas, intentó orientarle. Existe la carrera, informó, de Ciencias Políticas, que no sé si se puede estudiar en Málaga.

-No, no; para ser político no es necesario estudiar Ciencias Políticas. Esa carrera no sirve para nada.

- Entonces€

-Yo tengo pensado, y he reflexionado sobre el caso, que lo más directo es, primero, que se haga hermano de una cofradía de Semana Santa, se compre un traje azul marino y saque un trono. En ese mundillo cofradiero conocerá mucha gente, entre ellos, seguro, que habrá un político en activo. Se apunta a las juventudes de su partido y empieza a prepararse. En la carrera de Ciencias Políticas, seguro, que no se prepara la gente para despuntar.

Tiene que aprenderse, para estar siempre al loro, palabras y frases que dan lustre para alcanzar los puestos más deseados. Tiene que manejar una serie de palabras y frases como globalización, medio ambiente, cambio climático, Bruselas, el brexit, el euro, Angela Merkel, el Ibex 35, estoy en ello, ese asunto está en marcha y yo pertenezco a la mesa renegociación, el IPC, las pensiones que hay que regular, el conflicto de oriente medio, el crecimiento, PIB, y una serie de verbos a utilizar según en qué lugar esté. Hay palabras claves que hay que manejar con habilidad, como exigir, no tiene programa, el programa está agotado, España no puede esperar más € Una vez que domine este lenguaje tiene la puerta abierta para ser miembro de la ejecutiva de un partido, concejal, asesor, defensa de la homosexualidad, aplaudir de forma convincente y no como lo hacen los rusos, chinos y coreanos, que aplauden disciplinadamente y sin la menor convicción, ganarse a periodistas de periódicos, radios y televisiones para que le pregunten qué opinan del proyecto de Ley para erradicar la corridas de toros que son residuos de la España machista, sobre la evolución del paro, el Ibex 35 y el deshielo de los polos Norte y Sur.

Entonces apareció el orientador para informar seriamente de lo que cada hijo o nieto de los presentes debía encaminar su porvenir.