­En una habitación con un par de impresoras, cuatro ordenadores y mucho ingenio pueden surgir cosas espectaculares. Así es ROJOmandarina, una pequeña empresa encargada del diseño de productos de muy diversa índole que no sólo se limita a ese diseño, sino que además, también participa en todo el proceso de producción para que el producto final pueda relacionarse «tanto con el empresario, como con el consumidor», según advierten desde el grupo empresarial. De este modo, desde esta pequeña empresa malagueña, la utilidad, la creatividad e incluso el marketing, son algunos de los aspectos que se tratan una vez han diseñado el producto.

Cuatro jóvenes, Ana Monreal, Inés Millan, María Ramírez y Juan Barruecos, son quiénes sacan adelante esta empresa situada en el CADE de Málaga. «Todo comenzó con Inés y conmigo. Nos conocimos en un evento de diseñadores industriales. Unos meses después me fui a Londres. Allí trabajaba en una empresa de juguetes para niños y un cliente externo a la empresa me solicitó para un proyecto de diseño gráfico, entonces pensé en Inés, porque yo solo estudié industrial. Cuando sacamos el trabajo adelante pensamos que podríamos hacer lo mismo pero desde España y así surgió ROJOmandarina», expresa Ana Monreal, ingeniería de diseño industrial y una de las creadoras de la empresa.

ROJOmandarina lleva casi cuatro años en activo. Su objetivo principal es el diseño de productos de diversos sectores. Además del diseño, los jóvenes se preocupan por la producción, las características y la imagen del producto. «Trabajamos desde su diseño, hasta la puesta en marcha de la producción. A veces nos traen proyectos con una base y partimos de ella. En otras muchas ocasiones solo nos traen una idea y nosotros partimos de cero. Hacemos pruebas de viabilidad para saber si esa idea puede realizarse o no y a partir de ahí, nos ponemos en marcha», asegura Monreal.

Hasta el momento, la mayoría de productos son para empresas que solicitan sus servicios, aunque en algunas ocasiones han creado prototipos propios com oes el caso de una bicicleta estática por la cual recibieron el premio CLAP 2017, premios que se celebra desde 2013 y están dedicados a aquellos proyectos relacionados con el diseño gráfico e industrial. «La bicicleta que creamos está diseñada para que pueda moverse hacia los lados para que el usuario tenga la sensación de que está en una bicicleta real», señala Monreal. Este diseño además tiene un equipamiento de realidad virtual. «Con unas gafas de realidad virtual, el usuario puede disfrutar del deporte mientras realiza rutas virtuales. Además, la bicicleta se mueve de una u otra manera dependiendo de la ruta elegida».

Abiertos a cualquier proyecto, no es la primera vez que los jóvenes se han planteado sacar su propia línea de productos. «Se trataría de una línea separada de ROJOmandarina. Continuaríamos trabajando el diseño de los proyectos que los clientes nos trajeran pero a parte, nos gustaría crear una línea de productos propios. En este momento solo es una idea, no hay absolutamente nada preparado, pero si que hemos pensado que si lo llevásemos a cabo serían productos del hogar», expresa la joven empresaria.

Asimismo, hasta el momento, se defienden desde su pequeña oficina en el CADE de Málaga, donde agradecen la hospitalidad, pero desean poder conseguir un espacio más grande para realizar los trabajos. «Sólo somos cuatro. Juan y María llegaron a través del convenio de colaboración de prácticas de la universidad y tras su paso por aquí nos gusto su forma de trabajo y por así decirlo, los capturamos. Ahora, nos gustaría tener un espacio más grande en el que poder trabajar».

Diseño e imagen de marca

En este apartado, desde la empresa de dedican enteramente a analizamar el mercado , creando la imagen de marca asociada al producto, teniendo en cuenta una solución creativa, innovadora, competitiva y eficaz. De esta forma, la empresa tiene muy encuenta los envases, stands, señalética, catálogos y branding del producto que han diseñado para que se accesible al público objetivo al que quiere llega el empresario.

«Nos gusta cuidar la parte estética del producto sin olvidar que debe ser funcional. Creo que ellos nos diferencia de otras empresas de este sector. Queremos un producto útil, pero con una estética asociada a la empresa que lo solicita y una imagen que se asocie también directamente con el consumidor que deseamos que haga uso de dicho producto».