La Selectividad sigue siendo la prueba definitiva que determina el futuro inmediato y seguramente a largo plazo de todos los estudiantes. Tras tener las horas contadas, la derogación de la LOMCE y, por consiguiente, del sistema de reválidas que la ley Wert tenía aparejado, estos exámenes que ahora se llaman EBAU siguen siendo claves para acceder a la Universidad. En los últimos días se ha iniciado un movimiento estudiantil en Castilla León y Asturias que exige que estas pruebas sean iguales en todas las regiones porque denuncian que en Canarias o Andalucía son más fáciles, lo que supondría un agravio. La UMA considera atrevida esta acusación y aconseja cautela a la hora de comparar los resultados de la Selectividad con los de PISA.

Porque, en sus reclamaciones, a las que se ha sumado Ciudadanos, señalan que las comunidades con peores resultados en el informe de la OCDE sacan mejores calificaciones porque «inflan» las notas con exámenes de Selectividad más sencillos y con menos temas. El partido naranja ha pedido al Ministerio que haga homogéneas todas las pruebas. La orden SD/42/2018 publicada en el BOE del 26 de enero de este año, que regula la EBAU, establece que el Estado marca un 70% de los contenidos que se evalúan, y que las comunidades autónomas, que tienen competencias transferidas en educación, determinan el 30% restante. Es ahí donde las comunidades del norte dicen que se alimentan las diferencias.

Pero José Francisco Murillo, vicerrector de Estudiantes de la Universidad malagueña, sostiene que «aunque es cierto que parece que hay quien tiene estudios comparativos que no conozco entre los resultados de Selecitivad y PISA, se debería ser cauteloso a la hora de comparar los resultados que ofrecen una y otras pruebas, ya que, entre otras cosas, tienen propósitos distintos».

Lo que sí es cierto es que las características del diseño y el contenido de las pruebas de Selectividad vienen recogidas en esta normativa, entre sus artículos 4 y 8, en los que se determinan cómo tienen que ser las matrices de especificaciones, duración, contenido o tipo de preguntas... «En Andalucía seguimos escrupulosamente, como no podía de ser de otra manera, esas indicaciones a las que nos obliga el Ministerio», señala Murillo.

El porcentaje de aprobados en la Selectividad es muy alto en Málaga, según las cifras de los últimos años. Así, en la convocatoria de junio de 2017, el 92,4% de los examinados logró el apto. En junio de 2016, la tasa de aprobados superó el 96%; el 94,7% en 2015 y el 92,5% en 2014. Pese a todo, las pruebas de acceso a la Universidad siempre suelen bajar puntos en la nota media, aunque son exámenes diseñados para subirla.

Por su parte, en la última oleada del informe PISA, Andalucía volvió a salir mal parada. Los resultados, correspondientes a 2015, evidencian una vez más el bajo nivel de la región frente a otras comunidades autónomas y a nivel nacional, ya que los alumnos andaluces examinados en el informe de Evaluación Integral de Alumnos que realiza la OCDE se sitúan a la cola en Ciencias y los penúltimos en las materias de Lectura y Matemáticas. Los alumnos castellano- leoneses y asturianos que se están movilizando e incluso lanzando campañas a través de la plataforma Change.org creen que no es casualidad, y que en Andalucía la Selectividad es más fácil.

Se sienten agraviados. Más perjudicados aún con la implantación del distrito único. Es decir, que todos los estudiantes que se somenten a la EBAU pueden solicitar plaza en cualquier universidad de España, sin que se tenga en cuenta el domicilio.

¿Cómo se confeccionan las pruebas? El vicerrector de Estudiantes de la UMA explica que para cada asignatura existe un ponente de Universidad y otro de enseñanzas no universitarias de cada provincia andaluza, que se reúnen varias veces a lo largo del curso para diseñar los exámenes siguiendo las instrucciones recogidas en el BOE. Se está haciendo este año. Se reúnen varias veces a lo largo del curso. Ese es el modo confeccionar las pruebas.

Este año, la coordinación de las pruebas corresponde a la Universidad de Córdoba, que será la encargada de imprimir, custodiar y repartir los exámenes. «En realidad vamos a recogerlos nosotros», matiza Murillo.

Andalucía ha logrado este año que el modelo de Selectividad no cambie un ápice respecto al que se aplicó el pasado año 2017. «Cualquier modificación supondría cambiar las reglas del juego en mitad del partido», según el vicerrector. En Málaga, así como en el resto de las provincias andaluzas, las pruebas tendrán lugar, de forma coordinada, los próximos días 12, 13 y 14 de junio, en la primera convocatoria; y 11, 12 y 13 de septiembre, en segunda, tras el verano.

Se mantendrán las asignaturas troncales y obligatorias, que seguirán formando parte de la fase general (ahora de acceso), es decir, Análisis de Texto de Lengua Castellana, Comentario de Texto Histórico y Análisis de Texto de Lengua Extranjera, así como una asignatura optativa de su opción de Bachillerato; y la fase de admisión se mantiene para subir nota: el alumno se puede examinar hasta de cuatro asignaturas, que tienen que estar relacionadas con la carrera a la que aspira. El tribunal solo considerará las dos mejores calificaciones. El objetivo es arañar una décimas.