La Consejería de Salud desarrolla desde esta semana dos nuevas prestaciones sanitarias en Málaga que mejorarán la calidad de los pacientes de la provincia como es la inclusión del test de cribado de cáncer de colon en todos los centros de salud de aquí a finales de año y la implantación de dos nuevos sistemas de monitorización de diabetes.

El test de sangre oculta en heces supondrá una forma sencilla y económica (solo cuesta dos euros) de detectar de manera precoz el cáncer de colon. Esta prueba está dirigida sobre todo a la población de entre 50 y 69 años por su tasa de incidencia, una población diana que en Málaga alcanza hasta 400.000 personas.

En Andalucía, hasta el momento solo se realiza en 25 centros de salud, de los cuales, tres están en Málaga. El centro de Alameda-Perchel fue el primero en sumarse a este proyecto pionero en Andalucía en 2015 y a finales de 2016 se incorporaron los de La Roca y Carlinda. A inicios de 2017, gracias a este plan se habían detectado cuatro cánceres colorrectales y del total de personas que se hicieron colonoscopias tras dar positivo en los análisis, un 60% presentó pólipos.

La Consejera de Salud de la Junta de Andalucía, Marina Álvarez, anunció hace una semana que el objetivo es incorporar este programa a todos los centros sanitarios antes de que culmine el año, un servicio que se implantará de manera progresiva a partir de este mismo mes de abril.

Los estudios realizados hasta la fecha han demostrado que el cribado reduce en un tercio la mortalidad de este tumor, en torno a un 33%. Y es que, si se detectan lesiones benignas precancerosas pueden extirparse antes de que lleguen a convertirse en un cáncer; y, además, de tratarse de un cáncer la detección en estadios precoces eleva la curación y la supervivencia hasta el 90%.

Además, la junta provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Málaga puso ayer en marcha una campaña de prevención que va a recorrer, hasta el 22 de mayo, 21 municipios de la provincia con un autobús para explicar la importancia del test de cribado de colon y concienciar a la población en edad de riesgo, entre 50 y 69 años.

Demanda histórica

Otro de los planes que anunció ayer la consejera es la incorporación de los dos nuevos sistemas de monitorización de diabetes -Flash y bomba-sensor- que mejorarán el tratamiento y la calidad de vida de las personas con diabetes y de sus familiares.

Por un lado, el sistema «Flash», del que se beneficiarán unos 3.500 niños de entre 4 y 18 años de edad, es una alternativa a la glucemia capilar. Se trata de un dispositivo que se implanta en la piel del brazo y tiene un impacto directo en la calidad de vida de los menores con diabetes y también de sus familias, ya que les evita hasta 6-8 pinchazos diarios para medir la glucosa.

La presidenta de la Asociación de diabéticos de Málaga (ADIMA), Sandra Martín, detalló que «es un gran paso» y que en Málaga se calcula que unos 800 niños se podrán beneficiar de este sistema, una de las peticiones históricas del colectivo.

Por otro, el sistema bomba sensor, gracias a sensores conectados de forma permanente a dispositivos externos con sistemas de alarma, mide continuamente el nivel de glucosa, mejora el control de la glucemia y reduce las bajadas graves de azúcar en pacientes que ya portan bomba de insulina. Se trata de un sistema de prioridad clínica que se prescribe para casos graves, según detalla la Junta, que explica, además, que este sistema ha demostrado en estudios su eficacia y seguridad tanto en población pediátrica como adulta con diabetes tipo 1, por lo que beneficiará a población pediátrica y adulta muy vulnerable, según Álvarez. Se calcula que en torno al 30% del total de pacientes que cuentan en la actualidad con bomba de insulina podrán acceder a esta nueva prestación.

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) hará un seguimiento de cada sistema para comprobar su funcionamiento y se realizarán estudios de investigación para contribuir a aumentar el conocimiento de estos dispositivos a nivel nacional e internacional.

La presidenta de ADIMA recordó que uno de los próximos objetivos del colectivo es lograr que las unidades de pie diabético que incorporan la sanidad pública en sus hospitales funcionen de manera «eficaz», algo que no sucede hasta el momento, según expuso.