Las constructoras llevan ya varios meses encontrándose con dificultades para encontrar a trabajadores cualificados, especializados y con experiencia con los que afrontar la edificación de las nuevas promociones residenciales que se desarrollan en la provincia de Málaga, concentradas sobre todo en la capital y en los municipios de la Costa del Sol Occidental. El sector demanda profesionales para cubrir un nivel de actividad que, aunque bastante alejado todavía del que se registraba hace algo más de una década en la época del boom inmobiliario, sí empieza a alcanzar una significativa dimensión. El problema es que la mano de obra disponible no es tan numerosa como cabría pensar en un principio, según explica la secretaria general de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), Violeta Aragón.

Las empresas, por un lado, encuentran complicaciones para encontrar a jefes de obra (técnicos con titulación de ingenieros o aparejadores) y encargados de obra para incorporar a sus plantillas y, por otro, también empiezan a tener difícil hallar subcontratas que les pongan a su disposición cuadrillas de trabajadores especializados en cada oficio (ferrallistas, encofradores, yesistas, alicatadores, o colocadores de ladrillos caravista). En este último caso, la razón es que todas las constructoras se están rifando actualmente sus servicios, lo que provoca a su vez, como efecto colateral, que los costes de contratar a esos trabajadores estén subiendo. En este contexto, comienza a darse también, igual que antes de la crisis, casos de trabajadores que le dicen a sus empresas que en otra obra le ofrecen más sueldo y que, o se lo mejoran, o se van.

«El origen de la falta de mano de obra especializada es que durante los años de crisis no ha habido prácticamente actividad en el sector. Los trabajadores con experiencia se reinsertaron en otros segmentos de actividad, como la hostelería, o si tenían más de 50 años han ido ya pasando a la jubilación o están a punto. Luego están los jóvenes, que durante este tiempo han oído hablar tan mal del sector de la construcción que no lo ven como un destino atractivo y no han querido formarse en esta actividad. Por eso está empezando a resultar complicado encontrar a trabajadores idóneos. No hay demasiada gente con la experiencia necesaria», comenta. La mano de obra extranjera, tan usual en los tajos de obra malagueños durante la época álgida de la construcción en Málaga, ya que muchos buscaron nuevos destinos o volvieron a sus países de origen cuando llegó la recesión.

Actividad y salarios

La construcción emplea actualmente a más de 48.000 trabajadores en Málaga, cuando en los años más duros de la crisis (2012 y 2013) la cifra llegó a caer hasta los 30.000. El nivel está todavía muy alejado de los más de 100.000 que llegó a emplear el sector en los años 2007 y 2008, justo antes de que estallara la crisis. No obstante, los propios constructores apuntan que alcanzar de nuevo ese volumen no es tampoco un objetivo ya que obedecía a un momento de actividad desenfrenado que derivó en burbuja inmobiliaria, con la consecuencias que todo el mundo conoce. La ACP ha apuntado en varias ocasiones que alcanzar a medio plazo una cifra de 70.000 trabajadores podría ser un objetivo factible y saludable.

De momento, el sector constructor malagueño está cubriendo sus necesidades recurriendo a profesionales de toda la provincia (en la actuales promociones de la Costa y de Málaga capital están trabajando muchas personas de la comarcas de Ronda y Antequera) o de otras provincias cercanas como Córdoba o Granada.

«Ahora mismo vamos tirando y lo que más que puede darse es algún retraso puntual en los plazos de alguna obra pero si esto sigue así nos podemos encontrar con una situación más problemática», apunta la responsable de la ACP, que recuerda que Málaga está siendo una de las «puntas de lanza» del sector inmobiliario en España, tal y como avalan todos los indicadores de visado y venta de viviendas.

El incremento de la demanda de empleo por parte de las constructoras está propiciando una subida de sueldos en el sector. De entrada, la subida de los últimos cuatro años pactada en convenio en Málaga ha sido del 5,4%. A eso hay que añadir los complementos y gratificaciones que a modo particular pueda haber negociado cada trabajador o el incremento propiciado por la propia dinámica de la oferta y la demanda, al saltar un trabajador de una empresa a otra mejorando sus condiciones. En zonas como Valencia, por ejemplo, se habla ya de un incremento del 15% en los últimos tiempos aunque desde Málaga el sector no se atreve a aventurar una cifra.

En cualquier caso, los constructores señalan que el aumento de salarios, unido a otros elementos como al alto precio que las promotoras pagan por la compra de suelo para edificar nuevas promociones («hay muy poco disponible y es muy caro», comentan en a ACP), contribuye al «calentamiento» del sector y a que el precio de la vivienda tienda a seguir subiendo. «Cualquier incremento de costes termina repercutiendo en el comprador final», dicen.

En cuanto al tema de la formación para asegurar la forja de profesionales para el sector, la ACP resalta la necesidad de reforzar la FP, algo que la Junta de Andalucía. «Es un reto que se debe afrontar. A nivel universitario hay un nivel alto de técnicos pero nos estamos encontrado esta falta de mano de obra cualificada. Nosotros estamos intentando resolver este problema en parte con nuestra Fundación Laboral de la Construcción», comentaba recientemente Aragón en un foro de La Opinión de Málaga al que acudieron el consejero andaluz de Empleo, Javier Carnero, el presidente de la CEM y de la CEA, Javier González de Lara, y el presidente del Colegio de Graduados Sociales, Juan Fernández.