El PSOE de Málaga pondrá este domingo punto y final a la designación de candidatos para las municipales de 2019. Poner el partido a punto para cumplir con el objetivo de ser hegemónico en la provincia pasa por la celebración de las primarias fijadas para este domingo. En la provincia, son dos los municipios que se han saltado la tónica general, marcada por un cabeza de cartel que ha surgido bien por consenso o bien por falta de expectativas en los posibles rivales a dar batalla: Fuengirola y Ronda. En ambos municipios se da la particularidad de un desafío que afecta a las personas que ostentan la secretaría general del partido.

En Fuengirola es hablar de Carmen Segura, que ya ha sido concejala en el Ayuntamiento durante doce años, aunque no ocupe un asiento en el presente mandato. A nada que descuide, puede perder las primarias contra Javier García León, el otro candidato en liza. García León, sanchista de pata negra, sí ostenta un acta de concejal y es un viejo conocido de la política provincial. Formó parte de la ejecutiva provincial del PSOE durante la etapa de Miguel Ángel Heredia y también pasó por la Diputación. Si de Josep Borrell dicen que es el azote del independentismo, él debe ser algo parecido con Esperanza Oña. Hay vídeos legendarios en Youtube que dan fe de ello. Si se analiza la trayectoria electoral en Fuengirola, la palabra bastión de algo parece haberse inventado para este municipio. Las mayorías absolutas del PP son una tradición y enfrentarse en 2019 a Ana Mula podría entenderse como infligirle un castigo innecesario al cuerpo.

Ser oposición en Fuengirola no es algo envidiable, todo lo contrario. La candidata del PP cuenta con una masa de votantes bien cuidada y con una televisión municipal que ejerce como una corte de trompeteros. Si te descuidas, hasta puede que la Policía Local te saque del pleno como a un alborotador. Aunque el contexto es así, bien es verdad que en 2015 el PP ya estuvo a punto de perder la mayoría absoluta en Fuengirola y la posibilidad de que suceda ahora en 2019, es lo que sostiene el cuerpo y el alma de los candidatos. «Si el PP pierde la mayoría, hay muchas posibilidades», confirma un concejal de otro partido de la oposición en Fuengirola. Las posibilidades, entiéndase, hacen referencia a un posible gobierno de coalición que mande al PP a la oposición. En teoría, el PSOE siempre está muy dispuesto a liderar estas jugadas. Ejemplos hay muchos en la provincia: Torremolinos, Benalmádena, Nerja y, no hay que olvidar, Marbella antes de la moción de censura. En general, esta situación entronca muy bien con el predicamento que se está haciendo por parte de la propia dirección provincial: «Hay que trabajar la política de pactos». Eso ya vendrá después, pero, por si acaso, no os hagáis muchos enemigos. Ese es el mensaje interno para los cargos de la provincia.

Así, es verdad que la candidatura del PSOE de Fuengirola deja de ser una candidatura perdedora de antemano, y tanto García León como Segura se ven con posibilidades de acabar de alcaldes. Esta tarde habrá un debate entre los dos en la sede del partido. Lo marca el reglamento de las primarias. Nada de sesudos análisis pero igual sirve para arrancar algún que otro voto indeciso. El censo en Fuengirola es de 200 militantes socialistas y la virtud del último momento pasa por tomarse un café con cada uno de ellos. Al oído se arriendan muchos votos, pero el domingo es la prueba del pañuelo. La igualdad, aseguran fuentes del partido, será máxima. y los contendientes se prodigan en una sana rivalidad.

Puesto que es imposible que un partido sea un remanso de paz, a José Luis Ruiz Espejo le ha salido un buen potro de tortura en Ronda. La división que vive el partido se está canalizando en unas primarias que se están viviendo con el cuchillo entre los dientes. Napalm del bueno, con sospechas de la manipulación del censo y afiliaciones de última hora incluidas. Si no hay relación entre Isabel Aguilera y Teresa Valdenebro, no hay buenos mensajes emitidos desde Fernán Nuñez que valgan. Valdenebro ejerce de alcaldesa. Llegó con una moción de censura bajo el brazo y el tiempo de Aguilera (que también ha sido alcaldesa) parecía acabado. Lo habitual es que las personas pasen al olvido, que se lo pregunten a Mariano Rajoy, pero Aguilera volvió y le arrebató la secretaría general a Valdenebro. Nadie hubiera apostado por ello. Algunos cargos en el PSOE empiezan a ironizar con el debate de esta tarde como si se tratara de un evento al que acudir para pasárselo bien. Si los debates son dignos de acudir con palomitas y refresco, transmiten demasiada euforia como para que el partido vaya bien. Menos mal que queda un debate soporífero sobre el estado de la capital.