La Tertulia del Cantarrana, que organiza mensualmente La Opinión de Málaga en el restaurante homónimo (calle Sánchez Pastor), debatió en junio sobre el feminismo y el auge que ha experimentado el movimiento por la igualdad real, que tiene más de tres siglos, tras el último 8 de marzo, una fecha que ha cambiado la historia. Pero siguen existiendo retos en el horizonte: entre ellos, implicar a los hombres de todas las edades en la teoría y principios del feminismo y potenciar los resortes educativos en las familias y en los colegios, además de continuar legislando en este sentido y llevar la igualdad real al sector privado con cuotas y planes más controlados. En esta ocasión, acudieron a la tertulia Lourdes García Ortiz, presidenta de la Audiencia Provincial de Málaga, la concejala del PSOE Rosa del Mar Rodríguez, la edil de IU-Málaga para la Gente, Remedios Ramos, la directora general de Derechos Sociales y Participación Ciudadana del Ayuntamiento, Ruth Sarabia, la decana de la Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo de la Universidad de Málaga, Ana Rosa del Águila, y la presidenta de la Asociación para la Defensa de la Imagen Pública de la Mujer (ADIPM), Meli Galarza.

¿Qué ha supuesto el último 8M? «Ha sido el culmen de un trabajo larguísimo, no sólo de décadas, porque la crítica feminista tiene más de tres siglos de historia, esta es la cuarta ola del movimiento; ha sido la explosión de un trabajo reiterado», explica Meli Galarza, quien destaca que en cuarenta años de democracia se han sembrado políticas de igualdad y eso ha contribuido a la explosión, junto la explosión de la lucha por la libertad sexual de las mujeres con movimientos que abogan por visibilizar a las víctimas y denunciar el acoso. ¿Por qué con el tema de ´La Manada´ tantas mujeres se tiran a la calle, también hombres, mayores, niñas? Pues porque hay una conciencia social bastante importante del movimiento feminista y lo que se reivindica es transversalmente justo».

Ana Rosa del Águila cree que este 8M ha traído, sobre todo, «visibilización; ha sido fundamental esta jornada para hacer visibles los cambios que se vienen produciendo de forma contundente en los diez últimos años, es difícil que las mujeres lleguen a puestos de responsabilidad», aunque en la UMA, en los últimos cinco años, «estamos empezando a ver un cambio más importante en este sentido».

Ruth Sarabia cree que es «un antes y un después, han sido muchos años los que el 8M a efectos de visibilización, de convocatoria, no tenía el potencial que realmente tenía que tener», incluso tras el asesinato de una mujer. Sarabia destaca que todos los partidos se han puesto de acuerdo en torno al Pacto de Estado contra la Violencia de Género, lo que es un hito, lo que visibilizó la unión de los partidos, el goteo de asesinatos en 2017 fue constante. Todo ello contribuyó al éxito del 8M. «Rebasó todas las expectativas que teníamos cuando vimos a niños, abuelos, personas de todas las edades unidas en la manifestación».

Remedios Ramos también cree que fue un «antes y un después», pero no le sorprendió. «Venimos desde hace mucho tiempo y muy lejos; la izquierda cada 8M ha reivindicado la brecha salarial, denunciando las desigualdades en el mundo rural, con mujeres de otros países, razas y etnias; también, junto a los sindicatos, nos hemos negado a que el 8M fuese folclórico y hemos tratado de introducir el aspecto de lucha de clases que tiene este día, por los derechos laborales, por la igualdad». Considera que esta es «una nueva concepción de lucha», que ahora implica a las jóvenes, «no dormidas pero sí que estaban al margen». «Esperemos que esta semilla siga germinando». Para Rosa del Mar Rodríguez, esto ha sido «una primavera, porque hemos visto las flores, los frutos de esa siembra de grandes maestras como Carmen Olmedo, es imprescindible referirse a ella». Destaca lo que han ayudado movimientos como el «Me Too». «Esto ha supuesto un puñetazo en la mesa para decir, ´somos las mujeres, estamos aquí, hemos venido para quedarnos´. Esto no va a ser un día, sino un antes y un después».

Lourdes García Ortiz considera que se ha tratado de «una unión de todas las mujeres más allá de las fronteras» y, en cuanto al tema de los abusos, cree que «la mujer ha reivindicado y exteriorizado su estatus de víctima, no vamos a ocultar ni a disfrazar la realidad».

¿Cuál ha sido el camino? «Soy una defensora de las cuotas, es la medida por excelencia para conseguir que la desigualdad real entre hombres y mujeres desaparezca», señala Galarza, quien recuerda cuando se luchaba por el 25% de la participación de mujeres en partidos políticos, «y ahora estamos en la cremallera». «Si la democracia no es paritaria, no hay democracia», dice.

Del Águila cree que las cuotas pueden ayudar, pero hay que entender cómo se organiza la familia, su entorno. «A estos puestos de responsabilidad, en la mayoría de los casos, se opta a ellos o no se opta, se le ofrece a una mujer, pero la mujer en función del contexto decide ir a por él o no». Reseña que en la UMA antes había sólo dos decanas y ahora son cinco. Por tanto, ella exige «medidas de conciliación familiar reales, los horarios tenemos que cambiarlos, si los horarios nos ayudaran a conciliar, estaría todo mucho más normalizado; las cuotas, estoy de acuerdo que ayudan, pero no creo que tengan que ser las únicas medidas». Galarza apunta también como fundamental el permiso de maternidad y paternidad de igual duración. Sarabia cree en las cuotas, porque gracias a ellas hay mujeres directivas en la administración pública, «pero habría que intentar ver de qué manera extrapolarlo a empresas privadas, porque me consta que en el sector público se ha hecho un esfuerzo importante y en el sector privado, donde la mayor parte de personas trabajan, no se hace el mismo esfuerzo». Por tanto, habría que establecer cuotas en el sector privado para asegurar la presencia de mujeres en todos los escalafones de la empresa. «En relación a la corresponsabilidad, por supuesto, para muchas mujeres es imposible plantearse un mayor puesto de responsabilidad porque todo recae sobre ellas».

Ramos defiende las cuotas y la paridad en cualquier órgano e institución, pero indica: «La esencia de esta desigualdad es el patriarcado, es el concepto que arroja a la mujer a las labores de cuidado, que obliga a sostener bajo sus hombros la responsabilidad psicológica». «Hablo de eso que te lleva a creer que eres mala madre porque estás desatendiendo a tus hijos e hijas y les quita tiempos cuando estás en reuniones y eso los hombres ni se lo plantean», aunque ahora ello empieza a cambiar un poco.

Rodríguez indica que «sólo el 1% del poder económico de todo el mundo está en manos de mujeres y sólo el 18% de las alcaldías la ostentan féminas; pongo en valor las medidas del PSOE, las cuotas, el 25%, muchas veces nos hemos visto muy solos hablando de cuotas». Eso sí, después de «tres mil años de poder en manos de los hombres, queda mucho por hacer».

La presidenta de la Audiencia afirma que, de todas las provincias españolas, sólo hay ocho mujeres que ocupen un cargo homólogo; sólo hay una presidenta de Tribunal Superior de Justicia. «Deberían, quienes se encargan de elegir, concienciarse; no basta el botón de muestra, no basta decir ´ya hemos cumplido con las mujeres al elegir una, hasta dentro de cinco años no nos toca otra´; lo decía una magistrada del Constitucional, que nunca ha habido más de dos magistradas en el órgano a la vez; en la Sala Segunda del Supremo hay una; ¿pero dónde buscan para decir que no hay mujeres? Es indignante. Nosotras tenemos una gran autoexigencia, con dificultades sociales y familiares; las cuotas son la única forma de lograr paridades, no es sacrificar mérito y capacidad». También destaca que las leyes han ido muy delante de la sociedad.

Todas coinciden en que existe un techo de cristal para las mujeres. «Duro como hormigón», lo define Galarza, y se queja de muy poca gente conoce el concepto y la palabra «patriarcado»; Sarabia dice que los niños y niñas sí lo tienen en su vocabulario; Rodríguez cree que el techo de cristal siempre está, «pero es de cristal y transparente, y hasta para ver ese techo tenemos que aprender, deconstruirnos y construirnos como mujeres, porque tenemos tan normalizada la desigualdad que muchas veces no la vemos; somos las primeras víctimas del machismo». La edil socialista introduce los conceptos de suelo pegajoso, la atribución directa de lo maternal y el cuidado y el síndrome de culpa asociado; y el síndrome de la impostora, cuando una mujer se boicotea a sí misma ante el nombramiento para un puesto de responsabilidad.

Del Águila destaca que los niños ya han interiorizado algunos cambios, «quiero pensar que la educación es clave». También ve capital que las empresas diseñen planes de igualdad, algo que ya se hace, «pero habría que controlarlos más». Ramos aclara que lo fundamental es derogar «las reformas laborales e invertir dinero en derechos sociales», porque no se puede olvidar «ni la perspectiva de clase ni la de género».

Galarza considera que, además de que haya libros de feminismo obligatorios en el colegio e instituto, ahora el feminismo debe hacer partícipes a los hombres de sus ideas. «Tenemos pocos instrumentos eficaces para crear otro tipo de chico», dice.

Las tertulianas

Rosa del Mar RodríguezConcejala del PSOE en el Ayuntamiento

Sólo el 1% del poder económico del mundo está en manos de mujeres, si nos venimos a España, sólo el 18% de las alcaldías las ostentan las mujeres, pese a la lucha de algunos partidos. Pongo en valor las medidas del PSOE, las cuotas, el 25%, muchas veces nos hemos visto muy solos»

Ana Rosa del ÁguilaDecana de la Facultad de Estudios Sociales

El 8M ha aportado sobre todo visibilización, ha sido fundamental esa jornada para hacer visibles los cambios que se vienen produciendo en los últimos diez años, es difícil que las mujeres lleguen a puestos de responsabilidad»

Remedios RamosConcejala de IU-MPG en el Ayuntamiento

Soy ferviente defensora de las cuotas y la paridad en las listas a cualquier órgano y en sociedades civiles. Pero la raíz del problema y la desigualdad en las instituciones se llama patriarcado, es el concepto que arroja a la mujer a las labores de cuidado»

Ruth SarabiaDirectora de DD.SS. del Ayuntamiento

Me consta que en el sector público se ha hecho un esfuerzo importante y en el sector privado, donde la mayor parte de personas está trabajando, no se hace el mismo esfuerzo. Habría que establecer sistemas de cuotas en empresas privadas y veríamos mujeres directivas»

Lourdes García OrtizPresidenta de la Audiencia Provincial

En el mundo judicial, de todas las provincias sólo hay ocho mujeres presidentas de Audiencia; presidenta de Tribunales Superiores de Justicia sólo hay una, en Valencia; quienes eligen deben concienciarse de que no se trata de un botón de muestra»

Meli galarzaPresidenta de ADIPM

¿Por qué no les estamos diciendo a los varones oye, ´vuestro comportamiento tiene que ser este, lo que tenéis que hacer es esto, es lo que se espera de vosotros como seres humanos´? Tenemos pocos instrumentos eficaces para generar y crear otro tipo de chico».