Sindicatos, colegios de médicos y enfermeros, fuerzas del Estado y representantes de la Delegación provincial de Salud se reunieron ayer con la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, para abordar uno de los asuntos de más actualidad en los últimos meses, el aumento de las agresiones a profesionales del sector. Un encuentro que puso sobre la mesa medidas como la pronta revisión del plan de prevención y atención de agresiones para los profesionales del sistema sanitario público andaluz para adecuarlo a las circunstancias actuales.

«Se creó en 2005 y no tiene sentido mantenerlo en las condiciones actuales si las agresiones se han incrementado año tras año» explicó el secretario del sector de Salud, Sociosanitario y Dependencia de UGT Málaga, Vicente Sandoval.

Otra de las medidas que se propuso es dotar de más seguridad los centros sanitarios e implantarla en todos, con independencia de los criterios actuales, según indicó el secretario general de Sanidad en CCOO, Rafael González, quien aseguró que los representantes de la Delegación de Salud reconocieron la situación. «Han reconocido que hay que aumentar la seguridad en los centros y han estado muy receptivos en las propuestas», sentenció el representante de CCOO. Además, el Colegio de Médicos abogó por la necesidad de tener plantillas adecuadas con sustituciones al cien por cien, ya que la falta de profesionales en consulta es un «motivo de riesgo» para que se produzcan este tipo de hechos.

«También hemos planteado medidas de prevención como una campaña clara y contundente a los ciudadanos para concienciar de que la agresión no debe ser el resultado», expuso el presidente del Colegio de Médicos, Juan José Sánchez Luque.

La que ha sido la primera reunión para abordar estas cuestiones desde que María Gámez llegó al cargo se llevó a cabo con el propósito de poner sobre la mesas medidas de carácter disuasorio o de primera acción que sean necesarias para que las cifras de agresiones desciendan, unos encuentros que se llevarán a cabo cada cuatro o cinco meses para ver cómo evoluciona este problema que, según la subdelegada, «no es una cosa cotidiana, por fortuna, en nuestra provincia, son hechos aislados pero que generan una sensación de inseguridad que no queremos que corra».