La disciplina circense como base de actividades para trabajar con jóvenes pero también, como novedad, con la tercera edad, personas mayores con las que el proyecto Circo Social Málaga aborda el aspecto mental y físico pero también el social. Trabajar la autoestima, la atención, la cohesión grupal, aprender a tolerar la frustración y mejorar las habilidades sociales y la memoria son algunos de los beneficios que aporta el circo tanto a mayores como a jóvenes, según José Manuel Márquez.

Circo Social Málaga ha estado en la Escuela de Impacto Social de La Noria, dependiente de la Diputación de Málaga, de enero a junio, periodo en el que ha recibido formación, asesoramiento y ha sido distinguido con el premio al proyecto más original. Su trabajo incluye metodologías circenses para mejoras cognitivas y motrices de personas mayores.

La tercera edad tiene unas características físicas más limitadas pero, a la vez, moverse les viene «muy bien», así que organizan actividades circenses específicas que les ayudan y no son iguales a las convencionales. El programa con mayores es de 15 sesiones de una hora, de periodicidad semanal y el objetivo es que los pacientes observen nuevas capacidades desconocidas, poco trabajadas u olvidadas. Para ello se emplea el teatro, la danza, los malabares y la música. «Trabajamos la reminiscencia a través del recuerdo de historias personales, juegos populares, canciones e iconos culturales relacionados con el mundo del circo», indicó. El trabajo con el circo surgió hace años de la mano de dos jóvenes, el propio José Manuel Márquez y Raquel Jurado, de la Asociación Jarrón Club de Alhaurín de la Torre.