El Ministerio de Cultura anuncia un cambio de método para continuar la conversión del antiguo convento y colegio de San Agustín y terminarlo en la fecha prevista, 2021, y al mismo tiempo, con un proyecto arquitectónico nuevo que respete al máximo este edificio con protección arquitectónica integral.

El director general de Bellas Artes, el malagueño y antiguo alumno de los agustinos Román Fernández-Baca visitó este lunes el edificio para informar de que queda descartado el proyecto arquitectónico de 2008 que como adelantó La Opinión la pasada semana, tanta controversia había causado entre colectivos en defensa del Patrimonio de Málaga por ser demasiado agresivo.

Se hará cargo de las obras de consolidación de la estructura y de la conversión del edificio en biblioteca el arquitecto de la Gerencia de Arquitectura del Ministerio de Cultura Luis Arranz, presente ayer en la visita, autor de siete bibliotecas públicas del Estado, entre ellas las de Badajoz, Mérida, Aranda de Duero y Vigo.

Además, Román Fernández-Baca precisó que el objetivo es que una vez finalizadas las catas arqueológicas, y con los permisos correspondientes, en mayo del año que viene comience un periodo de doce meses de obras para consolidar el inmueble y una última fase también de doce meses para adecuar el antiguo convento y convertirlo en sede de la Biblioteca Provincial, que se superpondrá «en tres o cuatro meses» a la fase anterior.

El responsable del Ministerio de Cultura precisó que aunque no se anunció hasta ayer, el proyecto arquitectónico aprobado en 2008 ya se desestimó «después de las primeras excavaciones arqueológicas».

«Vamos a cambiar la metodología, será más rigurosa desde el punto de vista científico técnico: primero, conocer, trabajar a partir de la consolidación del edificio, también haremos un diagnóstico histórico de las estructuras y sobre la radiografía del edificio, qué se conserva y qué es posible transformar y a partir de ahí haremos las transformaciones oportunas con un proyecto evidentemente respetuoso con el edificio», detalló.

Con respeto a la protección arquitectónica integral que tiene el antiguo convento del XVII, Román Fernández Baca aclaró que «la normativa de protección integral define los parámetros».

El director general descartó la propuesta rescatada la semana pasada por el alcalde, Francisco de la Torre, de que el Museo Picasso pueda ampliarse por San Agustín: «Málaga tiene 33 museos. Creo que hay lugar para el conocimiento y que venga aquí una biblioteca está muy bien».

Por su parte la subdelegada del Gobierno, María Gámez, subrayó que «no hay mejor sitio que este» para Biblioteca Provincial de Málaga así como el hecho de que el Gobierno central «mantenga su compromiso y no pare un minuto para que esto llegue a buen puerto y la podamos abrir».

La subdelegada también hizo referencia como novedad «a una mirada muy sentimental hacia el edificio» y recalcó que «todo lo que sea digno de conservación se va a conservar». María Gámez quiso lanzar un mensaje «a los ciudadanos malagueños, que se sientan tranquilos de que este edificio, su memoria, su historia, tantas personas que lo quieren y lo aprecian se va a respetar».

Por su parte el arqueólogo Alberto Cumpián explicó a este diario que en la primera fase de las catas arqueológicas se localizaron, además de restos de la muralla fenicia - todavía se desconoce si se incorporarán a la biblioteca o se soterrará- una bóveda de cañón de la zona de enterramientos originales del convento, así como un esqueleto musulmán, posiblemente relacionado con la conquista de Málaga por los cristianos y varios restos humanos con motivo de una epidemia del siglo XVIII. La segunda fase de la cata comenzó justo ayer.

El objetivo es «hacer un análisis de las estructuras emergentes para documentar sobre todo el edificio de Pedro de Toledo y ver qué partes son del siglo pasado y otras las partes originales», dijo el arqueólogo, que reconoció que habrá que demoler algunas zonas de este último cuerpo más moderno. «Hay que ver qué es nuevo, porque en los años 30 hubo una reforma y luego hizo otra Enrique Atencia en los 50 para adecuarlo a universidad», señaló Alberto Cumpián.

A este respecto, el arquitecto Luis Arranz abogó porque la fachada a la calle Pedro de Toledo tenga una celosía para filtrar la luz y descartó que haya que añadir tres plantas a esta parte del convento, como proponía el proyecto de 2008.

Para Román Fernández-Baca, hay que esperar «a ver los informes que hemos encargado, para ver qué conservamos y qué es susceptible de conservación», aunque todo se hará, reiteró, de acuerdo con los parámetros de la protección arquitectónica integral.