Un grupo ruidoso pero con poco alcance. Así definen a los movimientos antivacunas en España, un país que, a diferencia de lo que está ocurriendo en Europa, no sufre las consecuencias en cuanto a epidemias o enfermedades erradicadas que están resurgiendo.

Según la Organización Mundial de la Salud tan solo el año pasado los casos de sarampión aumentaron en Europa un 400 por ciento. Es decir, hubo un total de 21.315 casos. Sin embargo, «en España, de momento, no está habiendo el problema de otros países europeos porque las coberturas vacunales en la población infantil son muy altas», explica el doctor Javier Álvarez Aldeán, vocal del Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Y es que la cobertura vacunal es de un 95 por ciento en la población infantil.

Aún así, Álvarez Aldeán añade que «hay casos aislados en la población de mediana edad que ni pasaron la enfermedad ni fueron vacunados» y para evitarlo propone «seguir manteniendo coberturas altas» de vacunación.

Del mismo modo, señala que la situación de Málaga «es especialmente buena porque tradicionalmente los pediatras malagueños se han situado entre los más adheridos, no solo a los programas vacunales oficiales, sino también a recomendar vacunas no financiadas como en su momento era el neumococo y actualmente rotavirus o meningococo».

Por todo ello, en España no se podría producir una enfermedad ya erradicada por culpa de los movimientos antivacunas «porque son movimientos marginales» que «no repercuten en las coberturas», dice el también jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Costa del Sol. Aunque insta a estar «expectantes y combativos» para que no se den circunstancias como las de Francia o Italia.

El número es escaso, en cambio sí tienen mucha repercusión en redes sociales, ya que, según el director del Área de Nuevas Tecnologías del Colegio de Médicos de Málaga, Francisco Cañestro, son «su ámbito de actuación». Tanto los antivacunas como los beneficios de los tratamientos homeopáticos «son muy vistosos y ruidosos, pero su influencia es escasa», confirma. «La suerte es que los sanitarios también estamos empezando a crecer más en redes sociales».

Dicen que no hay nada peor que una medio verdad y estos grupos «intentan rebatir nuestros estudios científicos con otros estudios que han podido ser publicados en revistas de menor prestigio, que se pueden contar con una mano, y que cuentan casos excepcionales de reacciones a alguna vacuna», dice Cañestro.

«Las vacunas son los medicamentos más controlados y estudiados», incide el vocal del CAV, subrayando que los efectos secundarios de estas, la mayoría de las veces, son menores y pasajeros y que están muy lejos de las «terribles complicaciones por la enfermedad natural».

Afectados

En contraposición, el fundador de la asociación Afectados por las Vacunas (AxV), Federico Sánchez-Apellaniz, defiende que prefiere asumir el riesgo de no vacunar a los efectos adversos de las vacunas. Esta asociación afincada en Marbella surgió a raíz de la muerte de su hijo Luca, de tres años, tras resultar afectado por una vacuna. Desde entonces, reivindica el desarrollo de «vacunas efectivas, seguras y sin ningún compuesto tóxico que garanticen la inmunidad sin poner en riesgo la salud por los efectos adversos».

En este sentido, Francisco Cañestro indica que «es normal que una persona que ha sufrido tenga un sentimiento de rechazo, es más que comprensible»; pero que las «vacunas vienen probadas y han pasado filtros suficientes cuando llegan a nosotros». Así, aunque el director de Nuevas Tecnologías del Colegio de Médicos reconoce que «por desgracia, en todos los tratamientos médicos hay efectos secundarios», afirma que «siempre son los mínimos».

La asociación fundada por Sánchez-Apellaniz no se define como movimiento antivacuna, sino como afectados por ellas. Es al prescindir de la vacunación que «nos vemos en la necesidad de buscar alternativas para ayudar a proteger la salud de nuestros hijos». Aunque recalca que «no somos médicos», sino que cuentan sus experiencias y ofrecen la información «que hemos ido recopilando en estos años, pero no podemos hacer recomendaciones médicas» sobre alternativas a las vacunas.

Por su lado, Álvarez Aldeán critica que «cualquier movimiento (antivacunas o pro medicina alternativa) que lleve a la situación de una población no vacunada somete a un riesgo innecesario» a la población y, por tanto, son peligrosos», asegura, incidiendo en que «no vacunarse es como ir por el carril contrario en una autopista» en el sentido de que el riesgo no solo lo corre el que no se vacuna, sino también todos los que le rodean.

En esta línea, Sánchez-Apellaniz destaca que «en ningún caso quisiéramos contribuir con nuestras actitudes al desarrollo de una epidemia que provoque sufrimiento a terceros», sino que debido a las vivencias propias de los 30 integrantes de la asociación y las 118 personas que han atendido en España, Centroamérica y Latinoamérica creen que la decisión de no vacunarse o no vacunar a sus hijos está «más que justificada».

Entre los objetivos de Afectados por las Vacunas se encuentran ofrecer información veraz sobre los riesgos que implican las vacunas y luchar por que se cambien los protocolos en materia de vacunación exigiendo un consentimiento informado. Además, piden que se cree un centro de compensación por daños «como existe en Estados Unidos desde los 80, lo que implica que desde entonces se reconocen los daños por vacunas, aunque España está muy atrás en este aspecto».

@usero_amanda