La Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía acordó ayer autorizar el proyecto promovido por el Ayuntamiento de Málaga para demoler el edificio de los cines Astoria y Victoria, la parcela más codiciada del Centro Histórico de la capital, una vez que la corporación ha concretado cuál será la opción elegida que sustituirá al inmueble, condición indispensable para cualquier actuación. Se trata de la iniciativa que prevé un edificio transparente, que respetará legalmente la altura establecida (sótano más tres).

Este edificio, diseñado por los arquitectos Alberto García Marín y Manuel Sánchez de la Chica, tiene una superficie total de 1.500 metros cuadrados. Contará con un sótano-auditorio para 1.500 personas, una planta baja, integrada en el entorno, que albergará todo tipo de actividades y gastronomía, una planta media donde se ubicará la Fundación Casa Natal Pablo Picasso y acogerá exposiciones de arte y eventos y, por último, una cubierta-mirador repleta de zonas verdes desde la que se podrá ver la Alcazaba, convirtiendo el edificio en el mayor balcón de Málaga. Es la empresa Mas Málaga All Space la que está detrás de la iniciativa, con importantes apoyos empresariales en el sector de la música, la gastronomía y el turismo.

La resolución realiza un exhaustivo análisis de la documentación y del proyecto aportado por el Ayuntamiento, que incluye la demolición del edificio, un informe técnico de Urbanismo y el anteproyecto del nuevo inmueble para sustituir al existente. Pese al informe favorable, la resolución autonómica recuerda que el anteproyecto está pendiente de tramitación, lo que podría suponer cambios en su diseño, por lo que antes de su ejecución habrá de remitirse a la Junta para ser valorado.

Urbanismo explica en la documentación que «la propuesta ha desarrollado la idea presentada al concurso bajo el lema Zoco Cultural Astoria Victoria» y añade que, desde el punto de vista urbano, «se considera de especial interés la continuación del espacio público de la plaza de la Merced en la planta baja hipóstila (sujeto el techo con columnas), lo que generará interesantes conexiones con el conjunto de la Alcazaba».

La actuación, de cualquier forma, tiene sombras en su futuro, sobre todo por los restos arqueológicos que puedan hallarse en el subsuelo. Otro asunto al que no se ha contestado es si se hará un nuevo concurso en el futuro para elegir otra propuesta o, por el contrario, este proyecto será el definitivo, ya que el alcalde, Francisco de la Torre, que exigía que, para tirar el edificio, había que proyectar otro. De estos extremos, nada se conoce.

La Junta señala que el proyecto de demolición plantea un programa de trabajo de hasta ocho fases e incluye un plan de residuos, un plan de tratamiento de amianto y medidas ambientales para aminorar el impacto de los trabajos, así como medidas de reordenación del tráfico peatonal y rodado durante la demolición. Sobre los restos arqueológicos, ya documentados algunos de ellos en una excavación en 2007 y 2008, el proyecto de derribo recoge que serán protegidos con geotextil y soterrados con grava. Sobre este aspecto, Cultura señaló en su resolución que esa protección deberá realizarse con «un control arqueológico de movimientos de tierra» y deberá ser autorizada por la Consejería.

El proyecto municipal propone, una vez finalizada la demolición, la ejecución de un cerramiento opaco con una altura de 2,5 metros y la instalación de una lona serigrafiada con una altura de 5,5 metros, que también deberá autorizar.