El belén municipal que este año estrena siete nuevas figuras se reinventa desde cero todos los años y incorporando nuevas y distintas recreaciones escénicas conformando un espacio de 132 metros cuadrados, en los que efectos de sonido, agua e iluminación hacen aún más realista este nacimiento, que podrá visitarse hasta el 6 de enero de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas. En el acto de esta tarde actuará la pastoral de la Peña Santa Cristina.

Las nuevas figuras pertenecen como el resto de su colección tradicional a El Arte Cristiano, una empresa artesana española de imaginería de Olot, fundada en 1880, sus creaciones son muy apreciadas y se exportan por todo el mundo.

El recorrido por el extenso nacimiento comienza con escena marinera que un año más abre un belén que mira al mar. Este año la obertura es la Anunciación de la Virgen María, más marinera que nunca, rodeada de esas estampas típicas de Málaga como son el cenachero, el espetero, el mercado de pescado, la farola, la playa y la jábega; junto a esta barca se sitúa una de las nuevas figuras: la de un carpintero calafateador.

Otra figura recién adquirida es la de un pastor que atraviesa sierras y collados con ovejas, sobre su espalda transporta una de ellas, quizás herida o preñada camina junto a los lobos; mientras otea la cabalgata de los Reyes Magos que acuden a la ciudad de Belén guiados por la Estrella de Oriente.

La tercera figura estrena papel en la ciudad, es una mujer que vuelve del mercado cargada de frutas y comparte charla cotidiana en el bullicio de Belén donde a la Sagrada Familia se le niega la posada.

En las afueras del pueblo, en el arrabal junto al rio en otra humilde casa tras el portal, se ubica la cuarta figura nueva. Es otra mujer, madre de familia, que sienta en su mesa para comer a una troupe de pequeñines. Otras dos figuras que se estrenan están situadas en el portal. Son dos pastores adorando al niño y llevando con ellos parte de su rebaño de ovejas.

Atravesando casi todo el Belén, la Anunciación de los pastores, la campiña, las cuevas y los manantiales con sus continuos saltos y cascadas se llega a la escena del poder de Roma. Allí se encuentran los gladiadores y sus luchas, la riqueza mundana, el mal representado con la matanza de los inocentes. Pasada esta parte aparece de nuevo la periferia, en el campo, estrenando escenario y luna llena, en una taberna está la fiesta y en ella haciendo un guiño a los ancestrales Verdiales, se encuentra la última de las nuevas figuras tocando el laúd.

El recorrido por el belén municipal concluye con la escena de la Sagrada Familia que huye a Egipto, entre lobos, serpientes y cocodrilos, Se trata de una sobrecogedora escena que estrena luna llena cuando la noche se cierra, tras el oasis y sobre el desierto.