Los alumnos que hagan el año que viene Selectividad podrán optar a examinarse de una segunda lengua extranjera en la fase de admisión. Es una importante novedad acordada por las universidades públicas de Andalucía, que ya se han reunido en la comisión del distrito único con la intención de fijar las líneas maestras de las convocatorias del 2019.

Según explicó el vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Málaga, José Francisco Murillo, esta modificación, que afecta a la segunda lengua extranjera, interesa fundamentalmente a los alumnos que tengan intención de matricularse en un grado como Turismo, Filología, Ciencias de la Educación o Traducción e Interpretación.

La fase de admisión es la que sirve para subir nota. El alumno se puede examinar hasta de cuatro asignaturas, que tienen que estar relacionadas con la carrera a la que aspira. El tribunal corrector solo considerará las dos mejores calificaciones. El objetivo es arañar una décimas. A partir del próximo año, los alumnos andaluces podrán elegir, por tanto, examinarse de la segunda lengua extranjera, que en la ponderación, en función del grado que cada alumno vaya a estudiar, les resultará más beneficioso, según las tablas que se recogen en el BOJA del viernes 22 de junio de 2018.

En la reunión sectorial celebrada en Sevilla, los vicerrectores de Estudiantes acordaron también las fechas de las convocatorias de Selectividad. La ordinaria de junio se celebrará los días 11, 12 y 13; mientras que la extraordinaria de septiembre será los días 10, 11 y 12.

Más descanso entre pruebas

Otra novedad importante afecta al horario de las pruebas. En 2019 no empezarán a las 9.00 horas, sino a las 8.30 horas y entre examen y examen habrá un descanso de 60 minutos y no de 45, como hasta ahora. «De este modo, se facilita a los presidentes y a los secretarios de los tribunales la coordinación y los estudiantes también tienen más tiempo para descansar o para consultar y repasar sus apuntes», explica José Francisco Murillo.

Las universidades públicas de Andalucía decidieron esta posición común en torno a los exámenes de la próxima Selectividad y acordaron que defenderán que no haya cambios sustanciales en las pruebas, a falta de que el Ministerio de Educación publique la orden que regule la Pevau del año que viene. «Tenemos constancia de que no va a haber grandes modificaciones. De hecho, no las ha habido desde que quedó derogada la Lomce», afirma el vicerrector de la Universidad malagueña.

Los objetivos de la prueba de Selectividad siguen siendo los mismos que hasta ahora: poner a prueba los conocimientos y competencias de los alumnos, así como el grado de madurez de los aspirantes. Historia y Filosofía son las asignaturas que más novedades han experimentado en las últimas ediciones. En la primera se incluyen preguntas abiertas y semiabiertas y el alumno ya no solo puede elegir un tema del siglo XIX o el siglo XX. Filosofía, por su parte, desde hace dos años no es una asignatura obligatoria.

Las asignaturas troncales y obligatorias siguen formando parte de la fase de acceso, es decir, Análisis de Texto de Lengua Castellana, Comentario de Texto Histórico y Análisis de Texto de Lengua Extranjera, así como una asignatura optativa de su opción de Bachillerato. A partir del 2019, en la fase de admisión se puede elegir también la segunda lengua extranjera.

La calificación global de Selectividad será la media aritmética de las calificaciones obtenidas, debiendo conseguir un mínimo de cuatro puntos para ser declarado apto. La calificación final y definitiva se calcula ponderando un 40% de la calificación global de la pruebas de Selectividad y un 60% de la media del Bachillerato. Para acceder a la Universidad, el alumno debe alcanzar al menos cinco puntos. El 94% aprueba.