El número de fallecidos en las vías interurbanas malagueñas alcanzó el año pasado el mínimo histórico con 19 víctimas mortales, según el recuento de accidentes graves realizado por este diario. Esta cifra mejora notablemente el mejor registro que hasta ahora correspondía al 2014, ejercicio en el que se contabilizaron 24 fallecidos en nuestras carreteras, e invierte radicalmente la mala tendencia que se produjo desde entonces hasta alcanzar su cénit en 2017 con 41 óbitos, el peor registro desde 2011 (34) y que suponen más del doble (53,6%) que el nuevo dato.

Si la Dirección General de Tráfico trabaja con el espíritu de alcanzar 'cero accidentes', el balance del año que acaba de finalizar demuestra que los resultados son siempre mejorables. No obstante, los últimos resultados están a años luz de los peores registros de la provincia. En lo que va de siglo, destacan las 118 víctimas mortales en accidentes de tráfico de 2003 (99 más que en 2018), mientras que en el histórico de la DGT destacan los 121 de 1993, más de seis veces del último registro. El descenso de fallecidos respecto a esos dos años es del 84%, aunque desde que comenzara el siglo el 1 de enero de 2001 las vías interurbanas malagueñas suman la friolera de 1.128 muertos. Desde 1993, la cifra asciende a 1.959.

A nivel nacional, 1.180 personas fallecieron el año pasado en accidentes de tráfico registrados en las carreteras del país. Esta cifra supone 18 muertos menos que en 2017, según explicaron esta semana el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y el director general de Tráfico, Pere Navarro. El aseguró que no van «a tirar las campanas al vuelo» porque aún hay datos «preocupantes», se trata del primer descenso «en los últimos cuatro años», con un 1,5% menos de fallecidos. No obstante, recordaron que todavía quedan por conocer las estadísticas en vías urbanas, dato que suele ofrecerse a mediados de año al ser competencia de los ayuntamientos. Andalucía registró en el mismo periodo 152 accidentes mortales (frente a los 183 registrados en 2017) que sumaron 170 personas fallecidas frente a las 200 de 2017, lo que supone una disminución del 15 % este último año, según los datos provisionales de víctima mortales.