La provincia de Málaga continúa a la cola en camas hospitalarias públicas con 2.513 para una población que supera el 1.600.000 habitantes, una cifra que requeriría el aumento de más camas de las que aglutina el Hospital Clínico, 684, para equipararse a la media andaluza (19,48 camas por 10.000 habitantes).

CCOO presentó este miércoles el balance de la situación sanitaria en Málaga durante 2018, un informe como «punto de partida» para el nuevo Gobierno andaluz que tiene como principales puntos la pérdida de 1.800 empleados sanitarios en casi una década y la falta de camas públicas para equiparse a las ratios andaluza y española. A esta situación se suma la inexistencia de inversión para una gran infraestructura sanitaria nueva en una provincia que no ha estrenado ninguna en los últimos 25 años. Es decir, Málaga cuenta con los mismos recursos desde 1992 a pesar de haber aumentado la población en medio millón de habitantes, quitando las 48 camas del Hospital de Alta Resolución y Especialidades (HARE) de Benalmádena y las 26 del Hospital del Guadalhorce.

Ante esta situación, el sindicato solicita al nuevo Gobierno medidas ya propuestas al antiguo equipo para no demorar más los plazos de actuación. Una propuesta que comprende una política de contratación para recuperar todos los empleos perdidos, la creación del tercer hospital en la zona del Hospital Civil, la reconversión del actual Hospital Regional en un centro para crónicos y cuidados paliativos y la creación de una infraestructura tipo Chare en la zona Este de la ciudad.

El secretario general de CCOO de Sanidad y Sectores Sociosanitarios, Rafael González, detalló los datos, todos respaldados por el Catálogo Nacional de Hospitales del Ministerio de Sanidad, y aseguró que Málaga ha perdido desde 2011 hasta 378 camas, una cifra que equivale al cierre del Hospital Costa del Sol. En cuanto a la ratio por camas públicas por habitantes, Málaga está a la cola de Andalucía y España. Para equiparar la ratio de la región requiere de 684 camas, mientras que si fuera la nacional, necesitaría 851 camas más.

González aseguró que los datos nacionales con respecto a Europa posicionan a España entre los peores países, por lo que Málaga se encontraría en el «vagón de cola» en camas hospitalarias públicas de toda Europa.

El único dato positivo de todos los parámetros abordados es el incremento de camas de hospitales privados que ha vivido la provincia en los últimos años. El 38,6 por ciento del total de camas privadas de la región están en Málaga frente al 15 por ciento de las camas públicas que aglutina la provincia. Con un total de 4.691 camas, el 46 por ciento equivalen a hospitales privados.

Destrucción de empleo

La falta de contratación y recortes ha hecho que la provincia pierda más de 1.800 empleados sanitarios. Una situación a la que acompañan otros parámetros como que Málaga es la provincia que lidera el ránking de agresiones a profesionales del sector, con 2.262 en 2017 y que está a la cabeza en el tiempo de espera para obtener una primera visita con el especialista. Una situación que tiene una doble lectura, según indicó el representante del sector, el retraso de esa primera visita no genera la petición de pruebas diagnósticas ni intervenciones quirúrgicas, por lo que hace de «tapón» ante el posible aumento del resto de listas.

En cuanto a las listas de esperar quirúrgica, Málaga por primera vez deja de ser la última de Andalucía y se sitúa con una demora por debajo de la media de la región. En las intervenciones sujetas a decreto de garantía de 180 días baja 6 días hasta quedarse en 60, frente a los 73 de media andaluza. En las operaciones sujetas a garantía de no más de 120 días se sitúa en 47 días; seis días también menos que la media regional. En las pruebas diagnósticas sumó un aumento de 14 días con respecto al año anterior hasta situarse en 34 jornadas de espera.