Los modus operandis utilizados en los atracos de Marbella y Barcelona coincidían con los utilizados en el pasado por los hermanos Dalton. Accedían al banco antes de su horario comercial, ya sea abordando al primer empleado o a través de un butrón y sorprender a los mismos en el interior y obligarles a abrir las cajas fuertes a punta de pistola. Pero lo que definitivamente llevó a los investigadores hasta el grupo fueron las descripciones físicas que las víctimas aportaron sobre los asaltantes y un destacado acento andaluz que llamó mucho más la atención en la capital catalana. Puestos los ojos sobre Los Dalton, la Policía Nacional confirmó sus sospechas y la existencia de una red de personas de este grupo familiar y su entorno que participaron directa e indirectamente en los hechos.

Durante la investigación, los agentes comprobaron que Los Dalton estaban preparando un tercer golpe con una nueva versión que podría consistir en secuestrar a un trabajador bancario en su casa y trasladarlo a la sucursal para consumar el atraco con mayor seguridad y rapidez. "Ante la inminencia de este grave hecho, y para asegurar el acceso a determinadas pruebas que los arrestados se disponían a ocultar definitivamente, el lunes se ejecutaron nueve entradas y registros simultáneos para determinar la participación de los investigados", ha explicado la Comisaría Provincial a través de un comunicado.

La operación, que suma 13 detenidos, también ha servido para destapar un entramado de blanqueo de capitales con el que los arrestados presuntamente introducían en el tráfico legal los beneficios obtenidos en los asaltos. Durante los registros se encontraron casi 56.000 euros procedentes del atraco de Marbella y tres relojes de alta gama valorados en 118.000 euros, además de 18 gramos de cocaína, tres pistolas, dos revólveres detonadores, 32 móviles, cuatro vehículos y tres motocicletas.

Según fuentes judiciales, de los trece detenidos nueve pasaron el pasado miércoles a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella. Tras tomarles declaración, el titular ordenó prisión incondicional, comunicada y sin fianza para cuatro de ellos, dos de los cuales se acogieron a su derecho a no declarar. A los dos considerados como cabecillas de la banda les atribuyen los presuntos delitos de robo con violencia en establecimiento público, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales, mientras que a los otros dos se les investiga por los dos primeros delitos. Los otros cinco, por su parte, quedaron en libertad con cargos con la obligación de presentarse en el juzgado cada 15 días. Mientras que a uno de ellos se le investiga por los mismos delitos que a los cabecillas, al resto se le atribuyen otras infracciones como recepetación, tenencia de drogas y blanqueo.

Los Dalton, criados en el barrio malagueño de Portada Alta y con una movilidad a la hora de actuar a la altura de su ambición, comenzaron a dar señales de su actividad delictiva en el año 2013, aunque su meticulosidad a la hora de preparar los atracos les hizo invisibles durante un tiempo para la policía. Tras varios asaltos, la banda fue finalmente cazada en 2015 en Madrid mientras intentaba asaltar un banco con un butrón, otra de sus especialidades. En uno de sus golpes más sonados, cometido en Sevilla disfrazados de jardineros, consiguieron más de 160.000 euros.