Los hospitales públicos de Málaga no cuentan con la figura del dietista-nutricionista en su cartera de servicios, titulación que se adquiere tras cursar el grado universitario, y solo cuenta con cinco técnicos en Dietética en el Hospital Regional.

El resto de centros no cuenta con estos profesionales, que adquieren su título a través del grado superior de Formación Profesional. Solo hay dos dietistas-nutricionistas en el Hospital Regional pero está dedicados a la investigación aunque también llevan a cabo una parte asistencial, según confirmaron desde la propia delegación de Salud.

El decano del Colegio profesional de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía (CODINAN), Luis Morán, aseguró que estas cifras de trabajadores de dicha área son «poquísimos». Una institución que solicita de manera histórica a la Junta de Andalucía la inclusión de la figura del dietista-nutricionista dentro del Servicio Andaluz de Salud (SAS) aunque el antiguo equipo de Gobierno sí trabajó en la creación del anteproyecto de ley de Promoción de vida saludable y la vida equilibrada. «Es como si en el plan integral del cáncer no cuentas con oncólogos», explicó Morán. Aunque España es de los pocos países que no incluye en su sistema de salud esta figura lo cierto es que algunas comunidades han comenzado a incorporarlo como es el caso de Navarra, la Comunidad Valenciana o la región de Murcia.

«El SAS cubre la papeleta a través de Enfermería, que no cuenta con una formación específica en nutrición, los técnicos de Dietética -que sí contempla el SAS-» expresó el decano de CODINAN. Los únicos dietistas-nutricionistas que hay en los hospitales públicos se incorporan a través de becas de investigación, y no deberían hacer ninguna actividad asistencial, y por subcontratas para formar parte de la cocina. Una figura dependiente de la Unidad de Nutrición pero a la que paga una empresa externa, según Morán.

Sin embargo, el colegio profesional regional de Dietistas-Nutricionistas resalta la importancia de incorporar al SAS sus profesionales, sobre todo en los centros de Atención Primaria, además de los hospitales. Una propuesta que respaldan con algunas pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que dice que de los diez riesgos que más perjudican en la salud, seis están relacionados con la salud: hipertensión, ingesta de alcohol, colesterol elevado, sobrepeso, obesidad y deficiencia de hierro. Además, los factores dietéticos nutricionales son el origen del 30 por ciento de los cánceres de países industrializados.

«Nuestra actividad puede ser por prescripción de un endocrino o con carácter de prevención en personas que no tienen una alimentación específica por enfermedad», resalta Morán,. Y es que el endocrino estudia y trata las enfermedades del sistema endocrino, cuenta con la formación necesaria para pautar un tratamiento nutricional y de fármacos, aunque su actividad está muy ligada al sistema hormonal. Un dietista nutricionista es el que diseña la pauta nutricional en función de esa prescripción o trabaja este ámbito con la persona.

La OMS sí contempla la inclusión de este profesional a la sanidad y detalla que todos los hospitales regionales con una capacidad de entre 600 y 800 camas debe contar con un dietista-nutricionista por cada 50 pacientes. La Unión Europea fija otro ratio; un dietista-nutricionista por cada 40 camas de enfermos agudos o 75 camas destinadas a enfermos crónicos. «Al no existir esta categoría profesional o se puede incluir», sentenció.

En cuanto a la actividad diaria de los técnicos en Dietética de la sanidad pública, Luis Morán asegura que en los hospitales de Sevilla realizan funciones de supervisión en cocina y de elección y selección de platos entre aquellos pacientes que tienen esa opción por las circunstancias que le rodean.