­El primer mes del año ha mostrado lo que más temían los profesionales del sector, y es que el descenso de los turistas británicos, que encarnan al mercado más importante para la Costa del Sol, continuará en la misma tónica que el año que hemos dejado atrás. Así, este mes de enero los viajeros hoteleros procedentes de Reino Unido han descendido un 1,4 por ciento con respecto al mismo mes de 2018; sin embargo, tanto el número de turistas como el de pernoctaciones se ha incrementado en la provincia en un 2,7 y un 0,7 por ciento, respectivamente. Mientras que en 2018 descendió en un 4,3 por ciento el número de llegadas de turistas alojados en establecimientos hoteleros y apartamentos en Málaga.

Y no solo son los datos que ya están sobre el papel, sino que también hay incertidumbre sobre las reservas para el verano: «todavía no se están ejecutando», explica el presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón. Algo que tiene al sector alerta por lo que pueda suponer el brexit -la salida del Reino Unido de la Unión Europea-, un hecho sobre el que aún no hay nada claro. «Seguimos sin saber absolutamente nada de las condiciones en las que se está pactando el brexit».

Con este panorama, tanto Callejón como el presidente de las Agencias de Viajes Asociadas de Andalucía (Aedav), Sergio García, ven la feria de turismo ITB de Berlín como un espacio clave para luchar por atraer clientes. «En la ITB deberíamos hacer hincapié en el mercado británico y alemán y cambiar la promoción que tenemos en Andalucía, que es del siglo pasado. Así vamos a vender poco en una era de tecnología y digitalización», critica Callejón.

En la misma línea, García afirma que «es el momento de sembrar para poder recoger frutos más tarde», subrayando que aunque las reservas están paradas» se trata de un hecho que entra dentro de la normalidad de enero y febrero, mes del que aún no se tienen datos pero que apunta a continuar la tendencia. «Si a mitad de marzo la cosa sigue igual sí que sería preocupante», dice Sergio García.

Precios

Por su parte, la necesidad de insistir en la ITB en el mercado alemán, junto con el de Reino Unido, es debido a que ambos «llevan dos años bajando», señala el presidente de Aehcos. «Hemos estabilizado y potenciado el mercado nacional, pero no hemos sabido hacer lo mismo con el británico y el alemán». Por ello, recalca que, si continúa esta dinámica, o se opta por nuevos mercados con turistas, condiciones y gastos similares o se incide ferozmente en estos países.

Por eso, los principales temores para los hoteleros son «el miedo por ver cómo acaba el brexit y cómo se moviliza el mercado alemán». Y es que «si los alemanes apuestan por el precio vamos a perder clientes», asegura, detallando que son a los que más han incidido los mercados como Turquía, Egipto y Túnez, cuyas bajadas de precios afectan directamente a la Costa del Sol. «Nuestro producto no es como el de las islas, que es donde más se va a notar, pero sí somos carne de cañón para esta bajada de clientes».

Además, con la Costa Blanca sufriendo los exigencias de los turoperadores ingleses, que piden rebajas del 30 por ciento sobre los precios pactados para el verano debido a la caída de las ventas por parte de los británicos, Callejón advierte de que «pronto empezaremos a sufrir» la misma situación e insta a «ser fuertes, promocionar nuestra oferta complementaria envidiable, pero no bajar los precios porque otros destinos lo estén bajando. Esa no es nuestra guerra».

También la posibilidad de la devaluación de la libra como efecto colateral de la salida del Reino Unido de la UE podría hacer que nuestro destino se resienta, pues el precio «ya no va a ser interesante» para los turistas británicos. En este punto, el presidente de Aedav Andalucía cree que puede ser una oportunidad para apostar por un turismo de «mayor calidad». «Es mejor que haya más ingresos que viajeros», afirma. «Soy partidario de que en vez de los 30 millones de turistas que hemos tenido en Andalucía, que sean 25 pero con más dinero».¿Culpa del brexit?

Dejando a un lado las cifras, para el abogado experto en extranjería Ricardo Bocanegra que Reino Unido salga de la UE no tendría por qué afectar a los turistas si no se devalúa la libra, pues la única novedad será que necesitarán pasaporte y habrá un control más estricto. Las principales consecuencias, en cambio, serán para los británicos que viven en la Costa del Sol, los que tienen viviendas, los que no sean residentes o los que quieran venir a trabajar.

Quizá por ello, no sea tanto como consecuencia del brexit que Reino Unido, principal emisor de pasajeros de Málaga, esté generando esta situación. Para Sergio García, el descenso de turistas británicos en enero y que se prevé igual para febrero, así como el freno en las reservas para el verano no se produce únicamente por el hecho de que el Reino Unido vaya a salir de la Unión Europea, sino que le parece un cúmulo de circunstancias de todo lo que se está viviendo en España.

«El cambio político en la Junta de Andalucía, las elecciones que hay a la vista, el problema de Cataluña, el juicio del procés y el brexit, todo interfiere en los pensamientos de cualquiera que esté pensando en vacaciones». Así, asegura que cada vez que hay elecciones pasa lo mismo, «la gente se frena hasta ver qué ocurre».

El turista británico es un visitante clave en Málaga. Con 1.255.520 viajeros son, a pesar de haber experimentado un descenso del 4,3 por ciento, el primer mercado extranjero. También las pernoctaciones británicas en hoteles y apartamentos han descendido en un 3 por ciento, quedándose en las 6.875.880.

Plazas aéreas

Por su parte, las llegadas de pasajeros procedentes del Reino Unido al aeropuerto de Málaga también han sufrido un descenso del 3,7 por ciento, con descensos en todos y cada uno de los meses hasta septiembre e incrementos en los meses del último trimestre del 2018 con respecto al año anterior.

Sin embargo, a pesar del descenso en las cifras de turistas británicos, según el último informe de Turismo Costa del Sol, el Reino Unido tiene previsto un incremento de un 4,5 por ciento en la oferta de plazas aéreas hacia la provincia. Para Callejón este aumento de plazas aún con cifras tan poco esperanzadoras tiene una explicación, partiendo de que «se aumenta el número de plazas porque hay quien las compra». Y, por tanto, si hay pasajeros, estos se alojan en algún lugar. En cambio, «no están en los hoteles ni en los apartamentos».

Así pues para el presidente de Aehcos está claro: «hay mucha oferta que no está controlada», dice en referencia a las viviendas con fines turísticos, que «no dan datos; no sabemos quiénes entran, cómo lo hacen, el tiempo que se quedan o cuánto gastan».