­ «Ojalá llegue el día en que no tengamos que celebrar el Día del Síndrome de Down porque significará que la sociedad lo tiene normalizado». Esa es la esperanza del presidente de la Asociación Down Málaga, Francisco Muñoz, quien considera que una de las creencias falsas que continúan existiendo sobre estas personas es que «no pueden». Y limitaciones tenemos todos, defiende. Por eso insiste en darles la oportunidad de demostrar de lo que son capaces, pues sus dificultades, más que estar en ellos, se encuentran en el desconocimiento de la sociedad.

¿Se ha avanzado en la inclusión de las personas con síndrome de Down?

Sí, bastante. Evidentemente no se ha conseguido todo lo que pretendemos, pero sí se ha avanzado. Si nos remitimos a la etapa educativa, nosotros hemos trabajado siempre por que nuestros hijos estén en aulas ordinarias, para que se eliminen las aulas y centros específicos. A pesar de toda la polémica de este par de semanas con las aulas y centros específicos, nuestra filosofía va encaminada hacia centros inclusivos. La diversidad nos enriquece. El avance ha sido importante también en temas como el empleo, la vida laboral, autónoma e independiente.

¿Desde que comenzó la asociación hace 26 años hasta ahora, cómo se nota ese cambio ?

La realidad era que cuando una persona terminaba la edad escolar la única salida que tenía era quedarse en su casa. Hoy en día, afortunadamente, una vez que terminan la etapa escolar trabajamos por una formación y una inserción laboral. También hay que ser claro, no todos tienen trabajo, pero nosotros a día de hoy tenemos cerca de 30 chicos que están trabajando en empresas ordinarias. Y la gran mayoría con contratos indefinidos. Vamos a seguir trabajando y demandando que tienen derecho a un empleo como cualquier persona.

¿Qué proporción de inserción laboral tiene el colectivo?

A niveles generales, el porcentaje de empleo de personas con discapacidad intelectual es muy bajo. En nuestra asociación estamos contentos porque las empresas están apostando por un trabajo ordinario para las personas con síndrome de Down. Formamos a los chicos antes de entrar en el mercado laboral, tenemos nuestros preparadores laborales que los apoyan en el centro de trabajo y, por supuesto, se hace un seguimiento.

Hacen encuentros entre los empresarios que tienen contratadas a estas personas y los que no. ¿Les ayuda eso a decidirse?

Los que tienen ya a personas de nuestra asociación trabajando explican cómo les va con los chicos, su experiencia, los resultados que están obteniendo... Eso anima a la posibilidad de contratar. Lo que intentamos es que conozcan a las personas con síndrome de Down, que sepan que son capaces de realizar una actividad laboral como cualquier otra persona, siempre acorde a su preparación, y los resultados están siendo bastante buenos. También les informamos de que contratar a una persona con discapacidad intelectual tiene unos beneficios fiscales.

¿Cuál continúa siendo la mayor dificultad a la que se enfrentan las personas con síndrome de Down?

Yo creo que la dificultad no está en ellos, sino que está en la sociedad, que tiene que creer más en ellos. Eso para mí es fundamental, si se cree en ellos son capaces de hacer cualquier actividad. Dentro obviamente de las limitaciones que también tenemos todos. Las trabas las pone la sociedad, aunque hay que reconocer que la evolución ha sido estupenda. Pero tenemos que seguir trabajando.

Parece que con películas como Campeones

Sí, este año ha sido un bombazo. Todo lo que sea difusión los va a favorecer. A todo el mundo relacionado con la discapacidad nos ha beneficiado.

¿Y qué sienten con declaraciones como las de Arcadi Espada que los llama «enfermos, tontos y peores»?

Indignación. Este personaje no es nadie para decir que si tienes un hijo con discapacidad cuando nazca los gastos que genere los costees tú porque te han advertido. Decía un socio nuestro que entonces todos los que fumen, si tienen un cáncer, la Seguridad Social que les diga que no se hace cargo porque sabían que fumar lo provoca, ¿no? Es lamentable, pero si le dan cobertura... Ahí está el tema. Siento pena por esta gente porque que se hable de esta manera de personas es lamentable, penoso y vergonzoso. Hay una realidad y la sabe igual que yo. Y no sabemos la vida lo que nos tiene preparado. De hecho, hemos hecho una consulta a la Fiscalía General del Estado sobre si se pueden permitir este tipo de palabras, pero aún no nos han contestado.

¿Cuál es la creencia falsa más extendida que sigue existiendo?

El concepto de que no pueden. Ellos sí pueden, pero hay que darles las herramientas. Yo creo que es por desconocimiento. Todos tenemos limitaciones. Ellos pueden hacer muchísimas cosas y otras no, como tú y como yo y cualquier persona. El desconocimiento provoca que se diga eso.

Uno de los miedos de los padres es qué pasará con sus hijos cuando ellos falten. ¿Hay respuesta en 2019?

Estamos trabajando en el envejecimiento activo. Cuando trabajamos con una persona con síndrome de Down desde pequeñito empezamos por dos conceptos básicos, autonomía e independencia, para que el día de mañana ellos tengan la menor dependencia posible, si tienen alguna, de nada ni nadie. Ese es uno de nuestros proyectos. Un ejemplo es que tenemos fuera de nuestra asociación tres viviendas con personas con y sin síndrome de Down compartiendo piso.

¿Por eso es tan importante la atención temprana?

Es fundamental. Y además es para toda la vida. Se ven los resultados cuando son mayores.

¿Qué tres retos tiene la asociación este año?

Empleo, vida independiente y ocio.